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Pasajeros en Tránsito
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Superhéroes - Mitología Moderna

Superhéroes - Mitología Moderna

fuente: http://tierrafreak.blogspot.com
Primera Parte - Mitos y Viñetas - Por Christian Bronstein.

Chris Claremont, el clásico guionísta de los X-Men de los 80, fue el primero en decirlo: “los superhéroes quizá son la mitología de Estados Unidos, cuyos héroes -David Crekett, Buffalo Bili, G. A. Custer- y gestas más antiguas no tienen mas de 200 o 300 años” [1] 


“Los superhéroes - explicó Claremont - aparecieron con la Gran superheroes_mitologia_moderna_mitos_vi%CDepresión. Antes existía otro tipo de comic, Little Nemo, Crazy Cat, humor y aventuras de gente normal. Luego, a la gente le comenzó a fascinar la idea de que hubiera alguien más grande, más fuerte, que hiciera cosas maravillosas. Clark Kent (Superman), salía de la multitud y era la gran expresión de la Democracia. El superhéroe fue una respuesta fantástica a la realidad”. Claremont consideró que la pervivencia del género y la continuidad del éxito del superhéroe se deben probablemente a que “Estados Unidos no tiene una mitología propia. Escandinavia tiene sus sagas y leyendas, Germania su épica, España tiene al Cid. Nosotros no tenemos héroes mitológicos, nuestros héroes son muy jóvenes aún”. El guionísta señaló también que los superhéroes pueden actuar como un factor de cohesión social en Estados Unidos, “país en el cada 20 años parece producirse una nueva oleada de inmigración”. El equipo de Marvel, según Claremont, intentaba introducir constantemente personajes heroicos, dioses, semidioses y mitemas de otras culturas en las publicaciones del grupo. Quizá el caso más claro sea el de Thor, serie protagonizada por el dios nórdico y en la que intervienen todos los otros seres de Asgard, el Olimpo escandinavo.

Las historias de superhéroes, una de las formas más actuales del relato heroico, no han cejado en su influencia desde que el primero de ellos, Superman, viera su aparición en Action Comics hace ya más de setenta años. Desde entonces, los héroes enmascarados, dotados de poderes celestiales y armados de elevadas virtudes morales, no han dejado de vivir aventuras interminables tanto en la imaginación de la sociedad moderna como en prácticamente todas las superheroes_mitologia_moderna_mitos_vi%Cformas de representación estética: historieta, animación, cine, radio, televisión, teatro, incluso literatura, y su notable influencia como fenómeno cultural no parece estar disminuyendo con el tiempo, sino por el contrario, parece estar creciendo. Hoy en día, los superhéroes parecen estar más vivos que nunca, sino tanto en las clásicas viñetas que los vieron nacer como en el cine, cuyas adaptaciones se han convertido, en los últimos años, en la mayoría de los estrenos cinematográficos más taquilleros del mundo, convocando al público de todas las edades para presenciar sus aventuras durante múltiples secuelas.
¿Podemos afirmar que semejante influencia se explique meramente por los rasgos actuales de la cultura moderna, enajenada por el consumo de productos visuales sorprendentes, por el escape al mundo de la fantasía y del espectáculo sin sentido? ¿O deberíamos suponer que la relevancia de estos personajes y estas figuras es tal porque tienen un sentido para nosotros? Guillermo del Toro, responsable de las dos adaptaciones cinematográficas de Hellboy, sostiene algo muy similar a esto: “El mundo necesita una nueva mitología, y ésa es la de los superhéroes (…) Hay una demanda de una mitología fresca y aceptable para los jóvenes. El superhéroe representa al Aquiles, al Héctor de nuestros días” [2]. Para el realizador, “éste es un período política y humanamente muy desconcertante, en el que se ha producido un serio retroceso en la línea ética de la humanidad como especie y se requiere de un replanteamiento de la existencia en términos heroicos”. El hecho de que aparezcan cada vez más películas de superhéroes no se debe a una falta de imaginación, sino a “la necesidad de crear ficción en un mundo que progresivamente se olvida del aspecto espiritual, que no cree en la magia ni en las cosas abstractas y sólo en lo material y en lo inmediato”.

En su libro Apocalípticos e Integrados, Umberto Eco alude a las connotaciones mitológicas de los comics de superhéroes y analiza las estructuras narrativas a través de las cuales esta forma moderna “del mito” se ofrece al público mensualmente. Eco haya en esta estructura lo que diferencia los superhéroes del comic frente a los héroes de los antiguos relatos antiguos míticos. El comic sería entonces “un nuevo tipo de mito que deja de lado la tradición oral para valerse de las ediciones mensuales, correspondiendo estas con la combinación de drama, suspenso y aventura necesaria para que sus héroes o antihéroes transiten peripecias, y el lector se entregue una y otra vez a las desventuras de sus personajes predilectos.” [3]

Pero, ¿qué es exactamente un mito? Casi todos los mitólogos coinciden en definirlo como un relato oral cuya finalidad era dar sentido al mundo de los pueblos antiguos. Sin embargo, la psicología junguiana ha puesto al descubierto como los mismos motivos esenciales de los mitos ancestrales siguieron apareciendo en los sueños y en el arte de todas las culturas, hasta nuestros días. A estos motivos esenciales, Carl Gustav Jung denominó arquetipos. Según la teoría jungiana, los arquetipos, raíces de los mitos y de la psique humana, se han seguido representando a lo largo de los tiempos, a veces con sofisticadas vestiduras, pero siempre revistiendo un mismo núcleo de sentido.superheroes_mitologia_moderna_mitos_vi%C
Siguiendo con esto, podríamos decir que desde el punto de vista de la psicología arquetípica, los mitos no son meramente esos relatos de tiempos primitivos y supersticiosos que hoy en día consumimos raramente como piezas de ficción: un “mito” es todo relato que posee una profunda significación simbólica para la consciencia. Los mitos, así como los sueños, son la expresión vital del inconsciente colectivo. El poder del mito reside precisamente en la significación simbólica que contiene, en su capacidad de dar sentido a nivel colectivo. Un mito es, diría Jung, el resplandeciente disfraz de un arquetipo.

Si bien están estructurados por medio de un lenguaje y un sistema de significación social distinto, existen muchas razones para sostener que los relatos de superhéroes, ya sea a través del comic o de otros medios, expresan, en esencia, los mismos temas arquetípicos que los mitos más antiguos han venido expresando desde antes de la existencia de la palabra escrita. No es una audacia suponer que el simbolismo arquetípico de los superhéroes es a fin de cuentas lo que hizo que lleguen a ser tan populares y que de a poco hayan ido abriéndose camino más allá de las páginas de las historietas y convertido, en el mundo de la imagen y de los productos culturales, en una forma colectiva de mitología moderna.

Al igual que el mito, que se va constituyendo con diferentes versiones contadas de la misma historia, que va mutando y cambiando pero siempre manteniendo su motivos esenciales, esto ha tenido lugar también en los personajes del comics, muchos de los cuales han ido desarrollándose superheroes_mitologia_moderna_mitos_vi%Cy adquiriendo el carácter de cada época, llegando a redescubrirse y reinventarse a si mismos, como si, en palabras del mitólogo Joseph Campbell, “la fuerza germinal de su fuente” fuera inagotable. Desde sus versiones más sencillas, ingenuas o infantiles hasta las que han expresado temas de gran complejidad y profundidad humanos, los superhéroes han desafiado los prejuicios de su género y se han abierto camino a la consciencia popular por la propia fuerza de su valor simbólico. La última película de Batman, The Dark Knight, de Christopher Nolan, ha entrado en la lista de films que más dinero han recaudado en la historia del cine, y ha sido aclamada de manera general tanto por el público como por la crítica como una autentica “tragedia moderna”, elevando el listón para las futuras representaciones de estos personajes, demostrando que sus elementos esenciales siguen siendo tan significativos hoy para nosotros como lo fueron ayer y como probablemente lo serán siempre.

[1] Antón, Jacinto, “Chris Claremont: “Los superhéroes quizá son la mitología de EE UU””, El País, Barcelona , 1985
[2] S/A, “El mundo necesita la mitología de los superhéroes”, El espectador, Bogotá, 2008.
[3] Eco, Umberto, Apocalípticos e integrados.
 

 

Segunda Parte – El Arquetipo del Héroe - Por Christian Bronstein.

Superheroes_mitolog%C3%ADa_moderna_chris¿Quién no ha sentido nunca una emoción profunda al participar como lector o espectador (a través de la literatura, el cine, el teatro o la televisión) de un relato heroico? ¿Quién, ante esas dramáticas representaciones épicas, no se ha sentido nunca transportado por su eco reverberante hacia las ondas distancias del mito y de los ideales más altos? ¿Quién no se ha identificado nunca con ese héroe, multifacético y perseverante, que bajo todas las formas de la realidad y la ficción, vuelve una y otra vez para inspirarnos?

En la primera parte hemos hecho referencia al carácter mitológico de los comics de superhéroes al identificar en estos un valor simbólico que se muestra como la actualización de un motivo mítico siempre renovado y siempre presente: el arquetipo del héroe. Pero, ¿qué es exactamente un arquetipo?
Para hablar de arquetipo, debemos hablar de Carl Gustav Jung. Jung se dedicó al estudio y la investigación profunda de las estructuras del inconsciente durante la casi totalidad de su vida, siendo junto con Freud unas de las principales figuras fundadoras de la psicología del inconsciente. El gran descubrimiento de Freud fue que nuestro inconsciente, en los sueños, se expresa en símbolos que pueden ser interpretados y que poseen un significado para nosotros. El modelo de Jung supuso la ampliación de esta idea a todas las producciones culturales de la humanidad.
Superheroes_mitolog%C3%ADa_moderna_chrisMientras estudiaba los sueños de sus pacientes, Jung comenzó a encontrar similitudes entre los símbolos surgidos del inconsciente de estos y símbolos antiguos de carácter mitológico, religioso o filosófico que los propios pacientes desconocían. Analizando los símbolos oníricos y comparándolos con material similar de la historia cultural humana, Jung dio con una serie de motivos típicos o estructuras básicas que subyacían, así en los sueños como en los mitos, así en el arte como en la propia religión y la filosofía humana, en todos los tiempos y en todas las culturas conocidas. Estos núcleos o motivos típicos recurrentes de la psique Jung los denominó “arquetipos”.
Los arquetipos existirían conceptualmente en un nivel psíquico inconsciente común a todos los hombres que Jung denominó “inconsciente colectivo”, diferenciándolo del “inconsciente personal”, propio y particular de cada individuo. Debajo del inconsciente personal, el inconsciente colectivo constituiría un estrato común que conserva, como la memoria genética de los instintos animales, una memoria heredada de toda la raza y una estructura básica formada por los arquetipos, los cuales serían decisivos para la configuración de la consciencia humana. Los arquetipos de la Gran Madre, de La Unidad, del Anciano Sabio y del Paraíso Perdido son algunos de los principales motivos recurrentes identificados por Jung.

Suele interpretarse erróneamente el concepto de arquetipo como una imagen o un símbolo particular, e incluso se utiliza indistintamente la palabra "arquetipo" para referirse a estereotipos culturales. Sin embargo, en la teoría jungiana, los arquetipos no tienen una forma definida o concreta, más bien son como un molde o patrón subyacente del inconsciente colectivo que, al llenarse con los contenidos del inconsciente personal o cultural, se expresa en una forma concreta. Esto parece algo complejo o una diferencia superflua, pero es fundamental captarlo para comprender qué es realmente un arquetipo y qué lo hace universal y, en términos junguianos, "numinoso " (dotado de un poder para fascinar o conmover).
Si los arquetipos son los moldes básicos de representación, los símbolos son el contenido que llena esos moldes. En tanto que el arquetipo como tal carece de forma concreta, su medio de manifestación en la psique es el símbolo. De esta forma, los símbolos, entendidos de manera junguiana, no son meramente imágenes creadas por la cultura de manera deliberada y consciente, manejadas por convención social (la paloma de la paz o la cruz cristiana, por ej.), sino la genuina forma en que el inconsciente expresa sus contenidos arquetípicos. Los símbolos aparecen en los sueños, en las creaciones mitológicas y artísticas, y están atravesados por la cultura y por todas las anteriores representaciones simbólicas con las que esa cultura se ha ido enriqueciendo (consciente e inconscientemente) a lo largo del tiempo. Por esta razón, a diferencia del arquetipo, los símbolos no son inmutables. Los símbolos que expresan un arquetipo pueden transformarse indefinidamente junto con la cultura que los produce, pero el arquetipo que los hace existir permanece siempre, como un núcleo último de sentido inmutable. De la Superheroes_mitolog%C3%ADa_moderna_chrismisma forma, además de su significado arquetípico ("atemporal", podríamos decir), los símbolos se enriquecen con múltiples significados y aspectos, propios de una sociedad y una época, así como de la simbología personal de quien los produce.

Vistos bajo esta luz, los superhéroes, cargados, podríamos decir, con una subjetividad cultural en parte norteamericana y en parte intrínsecamente posmoderna y transcultural, se presentan actualmente como el símbolo más fuerte del arquetipo del héroe.

Las formas más antiguas del arquetipo del héroe se remontan a la mitología de los pueblos y están presentes en todas las culturas conocidas. Las historias de individuos valerosos, poseedores de poderes y virtudes divinas o sobrehumanas, que llevan a cabo extraordinarias hazañas, son tan viejas como la memoria de los hombres. Zeus, Heracles, Sanson, Aquiles y Lancelot son algunos de los nombres más conocidos que este arquetipo ha llevado desde la lejana era del mito y la leyenda.

Superheroes_mitolog%C3%ADa_moderna_chrisLa palabra “héroe” deriva del término “héros”, que se refiere a un personaje singular, tanto física como moralmente superior a los hombres. Desde el punto de vista de la psicología junguiana, el arquetipo del héroe representa el impulso autotrascendente de la psique, la capacidad de trascender y de elevarse por encima del grupo colectivo (en algunos casos, literalmente). No sorprende, por eso, que los héroes arquetípicos siempre sean individuos que resaltan enormemente en el grupo colectivo, o que poseen poderes por encima del resto de los mortales. Pero el héroe, además de su autotrascendencia, se define como ejemplo social de un ideal humano o sobrehumano de los hombres, encarnando así siempre los valores más elevados de la cultura que le da origen y sirviendo como inspiración moral para toda la sociedad.

Los personajes heroicos forman parte de nuestra cultura, de nuestro mundo cotidiano, de nuestras idealizaciones, nuestras ficciones y nuestros sueños. Ellos son nuestras guías, nuestros faros y ejemplos en la gigantesca, desafiante, terrible y maravillosa aventura de la vida. Porque un relato heroico no pide ser contemplado, sino vivenciado. No existe un solo relato heroico, por Superheroes_mitolog%C3%ADa_moderna_chrisimaginario o increíble que sea su contenido, que sea simplemente una forma de evasión pasatista o una mera puerta de escape de las realidades de la vida. Los relatos heroicos existen porque tienen sentido para nosotros, y nos atraen porque nos hablan, a través de las simbólicas alegorías que los forman, de nuestras más hondas emociones vitales, de nuestros más profundos valores simbólicos y de nuestros ideales más altos.
La próxima vez que abras un comic de superhéroes, intenta reconocer el poder que detrás de esos iconos populares, tan familiares ya para nosotros, resplandece con una luz prístina: es la fuerza del arquetipo del héroe.

En la tercera parte de este artículo nos introduciremos de lleno en el análisis de estos símbolos que hemos venido vislumbrando en su dimensión arquetípica, partiendo del primero de todos ellos, padre y modelo de la extensa cadena de héroes y heroínas que vendrían detrás de él: Superman, el Hombre de Acero.

Lecturas Recomendadas:

Robin Robertson - Introducción a la Psicología Junguiana.
Carl Gustav Jung - El Hombre y sus Símbolos.

 

Tercera Parte – El Nacimiento del Superhombre - Por Christian Bronstein.
mitologia_moderna_superheroes_comics_01_Esta es la tercera parte de Mitología Moderna, para ver las notas anteriores pueden dirigirse acá: Primera Parte y Segunda Parte.

Es el año 1929. La caída del sistema bancario estadounidense golpea los mercados mundiales sumiendo a la sociedad moderna en una profunda crisis financiera. Desempleo, hambre, caos e incertidumbre son los signos de un extenso período que será denominado "Gran Depresión" y se extenderá durante una década, hasta finales de los años 30. Una profunda desesperanza y una ruptura del optimismo económico que predominaba hasta entonces parecen apoderarse del mundo occidental.mitologia_moderna_superheroes_comics_02_
Durante esta misma época, sin embargo, la historieta popular comienza a crecer en EE.UU. a pasos agigantados. Los llamados “comic-books”, plagados de historias fantásticas de aventuras, misterio y ciencia ficción, comienzan a multiplicarse. Deudores, por su temática, de las revistas pulp (1) del primer tercio del siglo XX, los comic-books se convirtieron pronto en un importante fenómeno comercial, acaso como una respuesta a la necesidad colectiva de fantasía y de símbolos heroicos frente a la oscura perspectiva que el mundo real presentaba. Como señala Oscar Masotta en La Historieta en el Mundo Moderno: “no es casual que el período que va desde el "crash" de 1930, pasando por los años sangrientos de la revolución española, hasta el comienzo de la segunda guerra mundial, coincida con la aparición de Superman, Batman, Capitán Marvel(2)” .
Como una suerte de continuidad y transformación de los personajes heroicos del pulp, el comic fue dando origen a sus propios héroes: el clásico detective Dick Tracy, el héroe espacial Buck Rogers y, posteriormente, Flash Gordon, fueron los primeros personajes más populares del medio, y que sirvieron como modelo para posteriores tipos heroicos. La aparición de “El Fantasma” en 1936, justiciero enmascarado dedicado a combatir la piratería en una isla paradisíaca, disfrazado con un vistoso uniforme distintivo (una mezcla entre Tarzán y el Zorro) fue sin lugar a dudas la principal influencia estética de todo un genero que nacería solo dos años después con la aparición de su personaje más emblemático: “Superman”.mitologia_moderna_superheroes_comics_03_

Como personaje, Superman sin duda ha trascendido los límites del comic-book y su lugar como icono de la cultura popular estadounidense para pasar a ser patrimonio cultural del mundo. A más de 70 años de su primer aparición en el histórico Action Comics Nº1, puede afirmarse, sin temor a equivocarse, que prácticamente no hay nadie, al menos en la cultura occidental, que no reconozca siquiera su imagen. Hoy en día, Superman es un personaje tan universal como Zeus, El Quijote, Frankenstein o Blancanieves.
Sin duda alguna, y más allá de su explotación visual y comercial, tenemos que admitir que son en gran medida las características propias del personaje, su resonancia simbólica, lo que han impactado profundamente en la consciencia del hombre moderno, instalándolo plenamente en el imaginario colectivo de la cultura de masas.

El propio nombre del personaje, “Super-man”, no es casual, sino más bien paradigmático de todomitologia_moderna_superheroes_comics_04_un momento histórico. En realidad, el apelativo no sería inventado por Jerry Siegel y Joe Shuster en 1938 (los creadores del personaje), sino que ya existía desde mucho antes.
En 1885, el filosofo Friedrich Nietzsche escribió su famosa obra Así hablo Zarathustra, en donde popularizó el concepto de un “übersmench”, un super-hombre. Criticando la sumisión del hombre a los dogmas religiosos y a los autoritarismos del Estado, Nietzsche afirmaba que el hombre debía ser superado, dando lugar a un "super-hombre", un hombre constituido ante sí mismo como el único ser supremo, un hombre ideal y revolucionario que atestigüe su condición heroica afirmando en toda su grandeza su individualidad frente a las creencias paralizantes y caducas del mundo colectivo.
En la década de 1930, bajo una particular lectura de Nietzsche, Adolf Hitler anunciaba la llegada del übersmensch a través de la “pureza aria guerrera” del pueblo Alemán, declarándose el mismo la última manifestación de los héroes teutónicos de antaño y fundando un movimiento político ideológico que es considerado como una de las mayores aberraciones de la historia humana: el nazismo o nacionalsocialismo.
Más o menos por esta época, dos jóvenes adolescentes de EE.UU. vendían a la compañía editorial DC Comics por 150 dólares los derechos de un personaje particular que pasaría a formar parte de la historia de la ficción universal: Superman. Podemos decir que este “súper-hombre” mitologia_moderna_superheroes_comics_05_norteamericano, este dechado de fuerza y virtudes, este héroe ideal que representa a la nación americana, fue la respuesta ficcional del capitalismo democrático liberal estadounidense frente al ideal hegemónico de Hitler. Frente a la oscuridad de la crisis económica y de un mundo atravesado por la guerra y el terror de los estados comunistas autoritaristas, Superman se presentaba como el poderoso y brillante símbolo del triunfo de la democracia liberal americana.
En palabras del filosofo y periodista José Pablo Feinmann: "casi en el mismo año en que en la Alemania nazi llega al poder el übermensch nietzscheano encarnado en la figura del Führer y las fragorosas SA y SS, “America” responde desde el poder de la historieta. De la judeo-historieta, para horror y humillación de Hitler. Siegel y Shuster crean un Superman “americano”, con menos desmesura que el nietzscheano, con menos locura, gravedad, imperativo vital y hasta axiológico, con menos Wagner, sin esvásticas y con barras y estrellas(3)" .
Tal como su nombre lo indica, Superman es "super", un personaje hinchado de poder y capacidades sobrehumanas exageradamente invencibles. No sería aventurado considerar que, mitologia_moderna_superheroes_comics_06_inconscientemente, el personaje fue la encarnación de la idea de potencia o poder en que EE.UU., superada la crisis mundial, comenzaba a posicionarse en la consciencia global. Como señala el sociólogo Guillermo Sly: “A partir de 1930, hablamos de superhéroes con características muy particulares que si bien son espíritu de época, son también producto de una potencia mundial en ascenso, que es Estados Unidos(4)” .

Cuando el héroe arquetípico asume un rol fundacional o salvifíco de la cultura que le da origen, estamos ante lo que la mitología comparada llama un héroe solar(5) .
El héroe solar es siempre un salvador del mundo, así como una representación simbólica idealizada de su cultura, asumiendo generalmente un carácter de divinidad y/o rey ancestral, convirtiéndolo, por regla general, en una figura religiosa. En períodos de crisis y oscuridad, el héroe solar emerge como salvador del grupo colectivo.
Desde el punto de vista de la psicología junguiana el héroe solar es esencialmente el representante arquetípico de la consciencia colectiva abriéndose camino frente a las fuerzas regresivas de lo inconsciente colectivo. Esta es la razón de que su apelativo sea “héroe solar”, ya que su presencia trae la luz (la consciencia, el orden, los valores sociales, "el bien") de las sombras de la noche (lo inconsciente, el caos, "el mal"), de la cual emerge triunfante.

“Muertos están todos los dioses, ahora queremos que viva el superhombre(6)” , pronuncia Zarathustra, el profeta de Nietzsche en 1885. En un mundo moderno regido por la industrialización tecnológica y la razón, en que el que los antiguos mitos parecían haber perdido ya todo significado y valor colectivo, nuevos mitos estaban ya emergiendo en su hora más oscura. Sin sospecharlo ni lejanamente, Nietzsche estaba vaticinando con esas palabras no solo el alzamiento del régimen fascista alemán, sino al mismo tiempo, el surgimiento de los superhéroes.

En la próxima parte, exploraremos la estructura arquetípica del héroe solar, y veremos cuan plenamente esta se actualiza en la icónica figura de Superman, el Último Hijo de Krypton.


1 Revistas populares de cuentos y relatos de detectives, aventuras, ciencia ficción, misterio y fantasía, en las que debutaron autores como H.P. Lovecraft, Robert E. Howard y L. Ron Hubbard.
2 Masotta, Oscar, La historieta en el mundo moderno.
3 José Pablo Feinmann, " Superman y Übermensch", Pagina /12 (http://www.pagina12.com.ar/diario/contratapa/index-2004-02-07.html)
4 Pablo María Sorondo, "Sobre el héroe y sus mascaras" (http://www.myriades1.com/vernotas.php?id=157&lang=es)
5 El término proviene del lingüista y mitólogo Max Müller.
6 Friedrich Nietzsche, Así habló Zarathustra.
Cuarta Parte - Superman: Héroe Solar. - Por Christian Bronstein.
mitologia_moderna_superheroes_comics_01_El relato del héroe solar presenta su propia estructura arquetípica, la cual podríamos sintetizar en 3 fases:

1) Nacimiento y Exilio: El nacimiento del héroe solar es siempre un suceso milagroso, afirmando su naturaleza divina, sobrehumana. Este origen milagroso involucra comúnmente el nacimiento por parte de una madre virgen, encinta por un procreador espiritual (un dios, padre divino del héroe).
Al principio del relato, el niño héroe corre peligro de ser aniquilado (generalmente por su padre terrenal, un rey despótico que teme ser destronado). Para evitar su aniquilación, las fuerzas que favorecen el destino del pequeño (su madre, aliados cercanos, hadas, dioses), se ven forzadas a alejarlo para mantenerlo oculto, en secreto. En casi todas las versiones más antiguas, el niño héroe es depositado en una canasta o en un reciente similar y abandonado a su suerte en la corriente de un río o la orilla de un océano. Despojado así de su condición real/divina pero favorecido por su destino heroico, el niño héroe sobrevivirá a la oscuridad de las aguas y llegará eventualmente a una costa segura. Allí será encontrado por personas de categoría humilde y conducta bondadosa (generalmente campesinos) quienes, considerando el suceso un milagro, lo criarán como su propio hijo.
2) Iniciación: El héroe pasará por una etapa de aprendizaje y a lo largo de su crecimiento irá dando cuenta de virtudes sobrenaturales. Al llegar a la mitologia_moderna_superheroes_comics_02_mayoría de edad, comenzará a descubrir los signos de su herencia secreta y divina. Esto lo llevará a asumir su condición de héroe, debiendo atravesar determinadas pruebas (las cuales involucran comúnmente la lucha contra monstruos y búsquedas extraordinarias) de las cuales saldrá transformado. Esta etapa constituye el llamado arquetipo de la Iniciación, e involucra siempre un activo descenso del héroe al inframundo (averno, caverna, Hades) para enfrentar al monstruo que guarda a la doncella o conquistar el tesoro escondido, símbolo de su propia transformación. Este descenso se configura como una muerte, literal o simbólica, que el héroe debe atravesar para poder emerger renacido (deificado).
El termino héroe solar proviene, en parte, de los antiguos rituales cíclicos de la fertilidad asociados a estos personajes como figuras de culto. En estos, la muerte y el renacimiento del héroe coinciden con los ciclos estacionales y con la “muerte” y el “renacimiento” (solsticios y equinoccios) del Sol a lo largo del ciclo anual.
mitologia_moderna_superheroes_comics_03_3) Apoteosis o Deificación: Finalmente, el héroe asumirá su condición divina, cumpliendo su destino de salvador del mundo. Por regla general, en muchas mitologías, esta consagración supone la ascensión del héroe regional en dios solar, convirtiéndolo así en una figura religiosa. Las deidades solares del mundo antiguo eran, de esta forma, “héroes ascendidos”.

Ejemplos de esta estructura arquetípica se encuentran en prácticamente todas las culturas conocidas: Perseo en la mitología griega, Sargón El Grande en la mitología caldea, Mitra en Persia, Krishná en la India, Abraham y Moisés en el Antiguo Testamento, Starkadr en la mitología escandinava, Rustam en la mitología iraní, Chandragupta en la mitología hindú, Lugh en la mitología celta… son solo algunos de los tantos y diversos ejemplos que la mitología registra.

Como explicábamos en la tercera parte, según la psicología junguiana, el héroe solar es el representante arquetípico de la consciencia colectiva abriéndose camino frente a las fuerzas regresivas de lo inconsciente. En los relatos antes mencionados, las fuerzas regresivas y mitologia_moderna_superheroes_comics_04_devoradoras del inconsciente que el héroe debe enfrentar están simbolizadas por las aguas, el océano y los clásicos monstruos terribles que constituyen sus pruebas. Las aguas que acosan al pequeño héroe al principio y lo llevan a la deriva simbolizan la inconsciencia colectiva de la que el héroe debe emerger para poder afirmar su individualidad.
Contemplemos entonces a Superman, nuestro moderno héroe solar, y veamos como está estructura arquetípica vuelve a aparecer, refundida en simbolismos modernos. En la historia de Superman, el “mar del inconsciente” que el niño-héroe debe atravesar ya no es el océano, sino que aparece simbolizado como el espacio exterior. Esto, desde el punto de vista de la psicología junguiana, tiene gran coherencia: en la antigüedad, el hombre proyectaba sobre el mar todo lo desconocido, convirtiéndolo en el símbolo principal de lo inconsciente colectivo. En la modernidad lo desconocido (lo inconsciente colectivo) ya no está proyectado sobre el mar, que para el hombre moderno es más o menos conocido, sino sobre el espacio exterior. En esta versión mitologia_moderna_superheroes_comics_05_moderna del héroe solar, los elementos milagrosos/divinos son sustituidos por una explicación de ciencia ficción: el héroe proviene no ya del mundo de los dioses celestiales, sino de otro planeta. La “cuna” del héroe en la que este es exiliado se convierte en nave espacial: la nave en la que Jor-El, padre del héroe, envía a la Tierra al pequeño Kal-El para salvarlo de la inminente destrucción de su planeta natal, Kripton. No será casual que el guionista John Byrne, al volver a contar la historia del origen de Superman para los lectores de 1986, convierta la nave del pequeño Kal-El en una matriz de gestación.
Al llegar a la tierra, el último hijo de Kripton será, como todo héroe solar, criado por una bondadosa familia de granjeros, los cuales le enseñarán el valor de la humildad, la generosidad y la responsabilidad. Al descubrir su legado cósmico (divino/celestial), su origen y sus poderes, Clark Kent pondrá estos al servicio de la humanidad, convirtiéndose en Superman. A diferencia del übersmench de Nietzsche, que se encuentra más allá del bien y el mal, el código de conducta de Superman estará implícitamente anclado en una moralidad mitologia_moderna_superheroes_comics_06_judeocristiana y un sistema de valores liberal-democrático norteamericano.

Antes de Superman, el último de los héroes solares de la cultura occidental fue Jesucristo. La historia de Cristo, en el Nuevo Testamento, repite la misma arquetípica estructura solar: el nacimiento de virgen, el exilio, el descenso al infierno y finalmente, la consagración, reformulándose en nuevos motivos.
Como Cristo, al final de su propia consagración, Superman se elevará por encima de nuestras ciudades, todopoderoso, iluminado por nuestro sol (el cual Byrne, más tarde y apropiadamente, convertirá en el origen de los poderes del héroe), transformándose en nuestro salvador, la bondadosa divinidad celestial que desde los cielos vela por nosotros, castigando al culpable y protegiendo al inocente.
Incluso los padres terrenales del héroe, Martha y Jonathan Kent remitirán directamente a aquellos pastores bíblicos del Nuevo Testamento que cuidaron a Jesús, el hijo celestial entregado a nuestro mundo por su padre para salvar a la humanidad. Acaso las iniciales de los mitologia_moderna_superheroes_comics_07_nombres de Martha (madre de un hijo sin pecado concebido) y Jonathan Kent (un padre trabajador, humilde y granjero), idénticas a las de María y José, padres terrenales de Jesucristo, no sea casuales.
En 1978, conscientes de esta simbólica analogía, los guionistas de la primera película de Superman ponen en boca de Jor-El, el “padre cósmico” del Superman: "Pueden ser un gran pueblo, Kal-El, desean serlo. Sólo necesitan la luz que les muestre el camino. Por eso especialmente, por su capacidad para el bien... te he enviado a ellos, a ti... mi único hijo.". Su director, Richard Donner, diseñaría la nave de Superman como una estrella de Cristal, aludiendo claramente a la Estrella de Belén, signo de la llegada del salvador a nuestromitologia_moderna_superheroes_comics_08_ mundo.
Superman Returns, la reciente película de Brian Singer que homenajea y sigue los pasos de los films originales, profundiza esta analogía cristiana, creando una película de superhéroes llena de alusiones religiosas. Singer nos muestra a Superman como un ser superior que vela por nosotros desde los cielos, pero a la vez tiene prohibido, por orden de su padre de Kripton, alterar con sus poderes la historia de los hombres, dejándolos a su libre albedrío para que elijan entre el bien y el mal. “El hijo se convierte en padre y el padre en hijo”, pronuncia Jor-El al principio de la película, haciendo referencia a la Santísima Trinidad.
Semejanzas similares entre Superman y Jesucristo (así como otros héroes solares divinizados de la antigüedad) podemos encontrar entre la muerte y la resurrección de Superman y las resonancias sociales que causaron en su momento. Como los héroes solares del mito, que morían cada invierno para renacer con el nacimiento del verano, Superman morirá solo para volver a la vida resucitado y nutrido por la matriz solar conservada en su fortaleza en el Polo Norte.
mitologia_moderna_superheroes_comics_09_En Superman Returns, Superman atraviesa su propia pasión crística: despojado de sus poderes, es apaleado por los hombres de Lex Luthor, recibiendo una puñalada de kriptonita en el costado. Finalmente sacrificándose para salvar el mundo, Superman atraviesa una especie de muerte. Su caída desde el espacio asume la postura del Cristo crucificado, con los brazos en cruz y las piernas unidas. Luego del despertar/resurrección de Superman, Singer culmina el film con el personaje asegurándole a Lois Lane: “siempre estaré por aquí”, resonando con la promesa de Jesús a sus apóstoles “estaré con vosotros hasta el fin de los tiempos”.

Vemos así como las semblanzas entre las figuras de Cristo y de Superman, los héroes solares más representativos de la cultura judeocristiana, a través de la propia imagineria colectiva, se mitologia_moderna_superheroes_comics_10_enriquecen y se van tornando más evidentes. Podemos entender, finalmente, que quiso decir Grant Morrison en la última Comic-Con, cuando con brillantez definió a Superman como "un Jesús pagano y tecnológico de ciencia ficción".
Como otra identificación explicita de Superman con los héroes solares de la mitología clásica, Morrison nos presentó en el 2009 la que ya es considerada, a juicio de muchos, una de las mejores historias de Superman de todos los tiempos, llevada ahora al campo de la animación: All Star Superman. En ella, Morrison asume sin rodeos el carácter mítico-divino del personaje poniéndolo en la tarea de realizar sus 12 trabajos o pruebas definitivos, en clara referencia a los 12 trabajos de Hércules. Hércules, héroe solar por antonomasia, y sus 12 trabajos no son otra cosa que una versión simbólica del camino que realiza el Sol a lo largo de su ciclo anual, pasando por las 12 constelaciones zodiacales, las doce pruebas de la consciencia en su camino trascendental hacia si misma.

Las vestiduras cambian, el arquetipo permanece. Alimentándose con el bagaje subterráneo de los símbolos y valores sociales de las culturas que los conforman, los símbolos arquetípicos emergen del crisol ardiente de sus épocas, y las reflejan.
A partir de la aparición de la figura de Superman en las páginas de los comics, un nuevo tipo de mito heroico se hace presente en la psique colectiva. En la quinta parte analizaremos los elementos que conforman este nuevo mito que ha llegado hasta nuestros días con una enorme fuerza vital: el mito del superhéroe.

Fuentes:

Carl Gustav Jung – Símbolos de Transformación.
Joseph Campbell – El Héroe de las Mil Caras.
Ken Wilber – Después del Edén.