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Pasajeros en Tránsito
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La tentación Luciferina (I)

La tentación Luciferina (I)

La pugna que secularmente se desarrolla dentro del microcosmos hombre entre los dos grupos contrapuestos de las dos potencias espirituales adversas por excelencia, Lucifer y Ahriman, se viene materializando históricamente desde hace milenios en el exterior de su universo: el macrocosmos que rodea en la tierra al hombre y más allá, en el mundo espiritual extrasensorial. Concretamente durante el último siglo, el todavía tan cercano siglo XX de cuya cultura todos procedemos, tuvieron lugar dos guerras mundiales, terribles y feroces, que dieron lugar a la muerte de decenas de millones de seres humanos en todo el mundo, y que no fueron sino la representación del efecto de la lucha encarnizada de esos dos principios y esas dos clases de seres espirituales, que pueblan nuestras almas y que, dependiendo de ellos y de su influencia en nuestra psiqué más o menos inconsciente, nos hacen mirar al mundo con un prisma u otro: se es de derechas o de izquierdas, se es materialista o espiritualista, según la fuerza o entidad espiritual que habite o predomine en nuestra alma, siempre que no se integre la eterna división y contraposición de ambos enemigos, mediante la trascendencia de sus ataduras atávicas a través de la visión superior y la compasión del Cristo, el "primus inter pares" que también nos habita.

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Si atendemos a las narraciones y manifestaciones que en estos mismos medios internautas  efectúa toda una serie de autores de signo gnóstico y luciférico, esa lucha se mantiene viva y perenne a lo largo de los tiempos, mostrándola como la raíz, esencia y motor de toda la evolución histórica de la humanidad, y no deja de sorprendernos lo encarnizado y mortal de su virulento enfoque, perfectamente asúrico y destructivo de todo lo que signifique cualquier atisbo de civilización cristiana o democrática, que miran como judáica o de matiz masón y capitalista, en evidente coincidencia con aquello de la "conspiración judeo-masónica" preconizada por el también luciférico-asúrico franquismo de infausta memoria.

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En nombre de un espiritualismo peculiar antimaterialista y de matiz aristocrático, dichos grupos luciféricos reivindican la prevalencia del Espíritu (en relación con el alma que desprecian como creación demiúrgica), así como la iniciación tántrica por la vía húmeda como camino de salida y escape de este mundo material, y en lo ideológico político-social preconizan el enfrentamiento radical con lo que llaman las fuerzas "sinárquicas" sionistas y con los principios y valores democráticos, en una conjunción de ideas belicosas y raciales (por no decir plenamente racistas) que, desde el prisma crístico (repetimos: "primus inter pares" entre las potencias opositoras) de compasión y de consciencia que viene a caracterizar la visión rosacruz y antroposófica del mundo y del hombre, no origina más que un enfrentamiento racial espiritual imposible de superar en tan enquistadas posiciones, si no son capaces de asumir y comprender el verdadero impulso crístico. De otra forma, dicha guerra y sus apasionados guerreros aparecen como imagen, una vez más, de ese reiteradísimo choque de almas de distinto origen y conformación, cuya reafirmación nada viene a aportar a la humanidad, sino de nuevo la destrucción sistemática del enemigo y de todo aquello que no sean los viejos principios de aquellas fuerzas luciféricas tradicionales extremadas, que históricamente durante todo el postcristianismo han venido representando todos esos grupos étnicos y religiosos, desde los hunos a los sajones, los cátaros y albigenses, algunas ramas gnósticas o últimamente los nazifascistas, cuyos principales dirigentes, al parecer encarnaciones de iniciados luciféricos hiperbóreos atlantes, dirigieron los grupos esotéricos alemanes (Thule, SS, etc.), que bajo la idea del imperium luciférico y la raza hiperbórea (ahora aria pura), pusieron en marcha toda la ideología nazi, verdadera gestadora de toda la segunda guerra mundial. Su permanente apelación a la lucha, al odio racial, al honor y a su peculiar sentido aristocrático espiritual, nos dejan perfectamente asentado y justificado que la verdadera causa de la segunda guerra mundial fué por tanto absolutamente espiritual y esotérica, y que asímismo la razón causal y el objetivo último del nazismo (acompañado y apoyado por los luciferismos del fascismo italiano y del imperialismo aristócrata nipón), como ideología netamente luciférico-asúrica, era la toma del poder en todo el mundo para redireccionar a toda la Humanidad y al planeta hacia los fines de las potencias supremas luciféricas.

 

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Pero con todo, a pesar de las expresas manifestaciones que hacen esos protagonistas que se adscriben al Gnosticismo luciférico con tanta facilidad e inmediatez, es francamente difícil asumir que la gestión absolutamente destructora y entrópica que supuso el paso del nazismo hitleriano por el planeta durante el curso del siglo pasado, corresponda estricta y exclusivamente a la esfera de actuación del mismísimo Lucifer y en general de las potencias espirituales luciféricas, que vienen actuando desde siempre en la internalidad del alma humana, por supuesto con su actuación tentadora y probatoria, pero en todo caso a favor del desarrollo espiritual del hombre, aunque desde su prisma esencialmente antimaterialista. Es obvio pensar que la labor de otras entidades espirituales, perfectamente antihumanas, como lo puedan ser los Asuras Satánicos, los auténticos generadores de la destrucción atlante, hayan sido los inspiradores y promotores de la destrucción y la locura nazi, y que la militancia "espiritual" de los iniciados negros de La Sociedad de Thule y de la Orden negra de las SS corresponda a planteamientos esotéricos netamente asúricos. Cabe perfectamente pensar que puedan convivir matices luciféricos con la negatividad básicamente egoística, devastadora y hasta exterminadora, de las huestes asúricas en su determinación de dominio del hombre y del planeta.  Sin embargo, como vamos a presentar a lo largo de este artículo, los militantes Hiperbóreos, comulgando de muchos de los principios tradicionales gnósticos, reivindican para sí, además de la legitimidad de ser históricamente los auténticos gnósticos, la guerra y la destrucción más absolutas contra su sempiterno enemigo el Demiurgo, extraña combinación de Satanás y Ahriman, aún por descifrar en su total veracidad. 

Los autodenominados gnósticos contemporáneos 

Tales autores, abundantes en diversas webs en la red de Internet, en su manifiesto odio y desprecio por el Demiurgo creador y "opresor" del mundo, al que identifican como el verdadero Satanás, se presentan abiertamente como partícipes de la ideología esotérica nazi: Para todos ellos Adolf Hitler, apoyado por sus lugartenientes y también iniciados (¿luciféricos?) Himmler, Hess, Goebels y Goering, entre otros muchos, fue el último "pontífice luciférico" enviado por las jerarquías de su ámbito para recuperar el poder en el mundo por medio de la nación aria pura alemana y el poder sagrado nazi de la Sociedad de Thule y su brazo ejecutivo la Orden Negra esotérica de las SS. Y si la segunda guerra mundial se perdió, afirman, no fue sino por la intervención de la Fraternidad ahrimánica de maestros y sus "dioses traidores" (de la que, afirman, forma parte el maestro Jesús) dirigidos por quien llaman Satán Kumara, y por el Satanás asúrico….En tal sentido reivindican como único Dios al que denominan Incognoscible y aseguran estar inspirados por el enviado del mismo, Lucifer, el único y auténtico Kristos, quien en la Atlántida vino a traer la luz para liberar y ayudar a despertar a todos los "espíritus" (que no almas) luciféricos, todos aquellos hombres actuales que un día fueron engañosamente apresados en la materia impura llamada cuerpo-alma, que pertenecen por origen a otro plano, increado e incognoscible….Y en tal sentido preconizan la guerra permanente a muerte con lo que llaman la Sinarquía materialista y democrática del "Gobierno Mundial", y designan como su enemigo esencial al Demiurgo Jehová y a su pueblo elegido, la raza judía. Apelan a sus "viryas" o guerreros luciféricos, los "Caínes" del mundo, a despertar su espíritu encadenado por las Jerarquías Angélicas obedientes a ese Demiurgo (el Espíritu de la Forma Elohim Jahvé, al que consideran ordenador de la materia y de este universo pernicioso,) a las que llaman "traidoras", para volver definitivamente a su Origen a través de las prácticas y las pruebas de su Iniciación Hiperbórea o Luciférica, que les permitirá liberarse de la materia y de su prisión corporal humana.  

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Todo ello viene siendo presentado en una especie de "tutum revolutum" que congrega las creencias tradicionales gnósticas que patrocinan como si fueran los únicos detentadores legítimos, lo cual en definitiva viene a coincidir con los postulados de la denominada "Tentación Luciférica" dentro del esoterismo occidental, al preconizar como única vía de trascendencia la iniciación "hiperbórea" que les permitirá volver al seno del Paraíso Luciférico original del que proceden, y así separarse para siempre de la influencia y dominio de Jehová y sus designios kármicos, para desde allí prepararse para eventualmente, al final del Pralaya, volver a luchar en la tierra en la llamada Batalla Final (la "Guerra de todos contra todos") en nombre de Lucifer. Manifiestan que el devenir de la Historia, el avance inexorable de los pueblos culturalmente dominados por la Estrategia de la Fraternidad Blanca en dirección a las Tinieblas del presente Kaly Yuga, causaría la manifestación cada vez más fuerte de las Potencias de la Materia (podemos entender que se refieren a los poderes ahrimánicos externos), y su consecuencia inevitable sería que el enfrentamiento, entre la espiritualidad emergente de la pureza racial y la degradación de la Cultura materialista, se iría tornando más y más intenso hasta llegar, naturalmente, a una Batalla Final donde el conflicto se dirimiría definitivamente: ello coincidiría con el fin del Kaly Yuga. Es decir y en suma: declaran la guerra permanente ahora contra el sistema global (lo que denominan las Potencias de la Materia) y contra las religiones demiúrgicas tanto sionista como cristiana, y anuncian la lucha a muerte contra sus mencionados enemigos por los siglos de los siglos a través de todas las razas y épocas y civilizaciones por venir.  

Tomemos por ejemplo el libro, publicado en su totalidad en Internet, de Luis Felipe Moyano "Fundamentos de la Sabiduría Hiperbórea", en el que expone toda la filosofía luciférica y los métodos iniciáticos de acceso al "Origen" o Paraíso liberado de la acción de las Jerarquías "demiúrgicas". El autor, gnóstico y luciférico autoconfeso, descendiente al parecer de "iniciados hiperbóreos" nazis alemanes emigrados a Argentina, como profusamente relata en su obra novelada, nos cuenta un encuentro directo con el Fuhrer alemán en Berlín poco antes de la guerra, y del cual trascribimos la exposición de Hitler, cuya filosofía, en términos generales, viene a ser ratificada por todos esos modernos autores gnósticos hiperbóreos internautas de habla hispana (ese mismo Nimrod Rosario, Miguel Serrano, Herrou Aragón, Ignacio Ondargáin, etc.) reivindicadores todos ellos de esa sempiterna lucha, que perfectamente podríamos calificar de antimaterialista y, en definitiva, antiahrimánica: En el extracto siguiente de dicha obra, en efecto, el joven Kurt Von Sübermann concurre con su padre, amigo de la infancia de Rudolph Hess, a una fiesta en la Cancillería del Tercer Reich. Allí es presentado al Führer quien procede a efectuar sorprendentes revelaciones. La transcripción completa de dicho párrafo se da a continuación:  

Adolfo Hitler volvió a tomar la palabra:  

-"La gente no compenetrada en la FILOSOFÍA OCULTA del nacional socialismo, suele cometer gruesos errores de apreciación al juzgar muchas de nuestras afirmaciones, creyendo ver en las mismas una superficialidad estúpida, cuando generalmente se trata de ideas sintéti­cas, SLOGANS, extraídos de profundos sistemas de pensamiento. Por ejemplo, ante la afir­mación del joven Kurt de que "el enemigo es Jehová-Satanás", que es una idea sintética de hondo contenido filosófico, muchas mentes ignorantes se verían tentadas de suponer que tal concepto arranca de un grosero antisemitismo. Alegarían argumentos elementales como estos: - "Jehová" es el Dios de Israel, un Dios de raza, uno entre cientos de dioses étnicos; es pues exagerado tomarlo por el único Dios o Demiurgo (objeción, esta si, antisemita). O este otro: - Jehová es el Dios de Israel pero, por su carácter monoteísta, es el único Dios, entonces ¿por qué se lo identifica con el Demiurgo? ¿Es por una creencia herética del tipo GNÓSTICA? (interrogante de quienes creen que ser "cristianos" implica la adoración de Jehová y que su re­chazo significa una "herejía anticristiana"). Otro argumento banal es el siguiente: - si hemos de rechazar al Demiurgo considerando su obra material como esencialmente "mala", ¿porqué identificarlo sólo con el Jehová judío habiendo cientos de denominaciones alternativas en la mitología etnológica y en los panteones religiosos de todos los pueblos de la tierra? (interrogante que suelen padecer quienes ignoran totalmente que significa Israel en la Historia de Occidente y cual es el secreto de la dinámica racial judía).

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"Objeciones como las precedentes, opondrían nuestros críticos al oír hablar de Jehová-Satanás como "el enemigo contra el cual combatimos" y, por supuesto, les sorprendería la pa­labra "Satanás" adherida a Jehová, cuestión que, sin duda, les arrancaría irónicas conclusiones.

"Pues bien: tales argumentos reposan en una circunstancia común: ¡la ignorancia de quienes las formulan! Por supuesto que nosotros SABEMOS que el Demiurgo recibió otros nombres a lo largo de la Historia. Pero si elegimos, entre ellos, el de Jehová es porque se trata del ULTIMO NOMBRE con el cual El se ha autodenominado. Y con dicho nombre lo designa aun su "pueblo elegido", Israel, el cual no es otra cosa que un desdoblamiento psíquico del mismo Jehová-Satanás".

Estas palabras del Führer me sorprendieron vivamente por sus implicaciones metafísi­cas. ¿Los judíos no constituyen una raza como las demás, compuesta por INDIVIDUOS?....era una teoría turbadora la que acababa de oír.

"¿Se sorprende Ud., joven Kurt? - preguntó el Führer quien sin duda advirtió de in­mediato mi turbación. Pero no me dio tiempo a responder y continuó su explicación:

- Pues aún no ha oído nada: Israel es un "chackra" de la Tierra , es decir, es una manifes­tación psíquica COLECTIVA del Demiurgo Jehová y por eso nosotros afirmamos que el judío NO EXISTE como individuo; que no es un hombre como el resto de quienes componen el ge­nero humano.

"Pero la manifestación de Jehová en una raza elegida, es un suceso más o menos recien­te, de pocos miles de años, y la Ordenación de la Materia o "creación" data de millones de años atras. Por eso, por la "novedad" que representa el nombre "Jehová" comparado con otros nombres del Demiurgo, que empleaban pueblos mas antiguos y cultural­mente más importantes en la Historia , y por la antigüedad geológica del Universo, es que pare­ce EXCESIVO designar con el nombre "Jehová" a un Dios cósmico. Pero se trata sólo de una apariencia. Aquí hay que imaginar un Demiurgo Primordial al que podemos cómodamente de­nominar EL UNO, tal como hacían los estoicos. éste es quien ordena el caos y se difunde panteísticamente en todo el Universo (es él también el Brahma hindú o el Alá árabe, etc., toma­das estas denominaciones en su acepción religiosa exotérica).

"Pero el Plan Cósmico, de alguna manera hay que llamar a la IDEA DEL UNIVERSO MATERIAL, se asienta en el ENSUEÑO del Demiurgo, un estado de quietud que sin embargo dinamiza el cosmos, como el "Dios motor inmóvil" de Aristóteles en ese Gran Día de Manifes­tación que se denomina también, gran manvantara. Pero para que todo "funcione" sin que re­quiera intervención de El Uno, "quien DUERME mientras todo vive en EL", es necesario dis­poner de un "sistema automático de corrección". Este es el papel que cumplen las llamadas JERARQUÍAS CÓSMICAS, miríadas de "entidades conscientes" EMANADAS por El Uno para que mantengan el impulso dado al Universo y lleven adelante Su Plan. El primer paso de la "emanación" son las MÓNADAS, átomos arquetípicos que fundamentan toda la estructura cósmica y hacen las veces de MATRIZ del Plan del Uno.

"Estas "entidades conscientes", ángeles, devas, logos solares, logos galácticos, espíritus planetarios, etc., NO SON SERES INDIVIDUALES sino que forman parte del mismo Uno y poseen mera APARIENCIA DE EXISTIR debido a los grados de libertad de que están dotados durante el manvantara. El recurso utilizado para lograr dicha ilusión es la extrema meca­nicidad de la realidad material fundada en LEYES EVOLUTIVAS, que mantienen el movi­miento progresivo de la materia y la energía en la exacta consecución del Plan del Uno.

"Dichas leyes evolutivas son CONSERVADAS por las "entidades conscientes", ya mencionadas, y DIRIGIDAS EN EL SENTIDO DEL PLAN. Así podemos distinguir, por ejemplo, "logos solares", es decir "entidades conscientes" capaces de "crear" un sistema solar siguiendo el Plan del Uno, pero que en realidad son DESDOBLAMIENTOS TEMPORALES de El Uno. Lo mismo se puede decir de los "logos galácticos" o "espíritus planetarios" y hasta de los simples ángeles o devas: ninguno de ellos existe como tales, aunque "evolucionen" su­jetos a las leyes universales. Lo importante aquí es comprender que todo este espectáculo grandioso que estamos recreando es PURA ILUSIÓN, una concepción metapsíquica de carac­terísticas colosales ideadas por El Uno para su intima contemplación. Porque la verdad es que todo "lo existente" desaparece finalmente, cuando sobreviene el Gran Pralaya, la noche de Brahma, en la que todo se confunde nuevamente en él, luego de una monstruosa fagocitación.

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"Pero dijimos que el universo se rige por leyes evolutivas. Dichas leyes, que determinan el universo material, de acuerdo a una verdadera "arquitectura celeste", como bien dicen los satánicos masones, ocasionan la existencia de los distintos grados del espacio o "cielos" en que esta constituida la realidad. Así como hay varios "cielos" (¿cinco? ¿Siete? ¿Nueve?) hay "reinos de la naturaleza" (¿tres? ¿Cinco? ¿Siete?) o "planetas" (¿cinco? ¿Siete? ¿Nueve? ¿Doce?) o "razas raíces" (¿tres? ¿Cinco? ¿Siete?) etc. Estos aspectos engañosos forman parte del Plan del Uno y los demonios, encargados de llevar adelante dicho Plan, conforman un ORDEN JERÁRQUICO PRECISO, basado en la famosa "ley de evolución" que rige los cielos - todos los CIELOS, desde los atómicos, químicos o biológicos hasta los cósmicos - en los que "evoluciona" cada mónada siguiendo los arquetipos de cada cielo. Es la famosa "ley de causa y efecto" que enseña la Sinarquía y que las religiones védicas de la India llaman Karma y Dharma, pero que conviene sintetizar como "ley de evolución". Esta ley DIRIGE el camino "de ida y vuelta" de la mónada, la cual toma varios "cuerpos" en los distintos cielos a los que des­ciende para "evolucionar"; dicho "camino" suele ser representado como la serpiente que se muerde la cola o "uroboro". Por supuesto que jamás se alcanza la famosa INDIVIDUACIÓN MONÁDICA, pues ello significaría una autentica mutilación de la substancia del Uno y antes que tal cosa sobrevenga, ya estará todo el universo fagocitado en Su Santo Buche……… 

………"Supongo que ya conoce esta teoría teosófica que la Sinarquía enseña en sus sectas masónicas o rosacruces, y que se ha de SENTIR ESPANTADO frente a una concepción de­terminista en que no hay un lugar PREVISTO para la existencia individual ETERNA, es decir, mas allá de los pralayas y manvantaras. Y justamente ese espanto, ese grito de rebelión que Ud. DEBE PERCIBIR brotando de su sangre pura, constituye una excepción a todas las reglas de la mecánica determinista de El Uno, porque habla de OTRA REALIDAD ajena a su univer­so material. ¿Cómo puede ser eso si hemos dicho que todo cuanto existe en el cosmos, ha sido pensado y hecho por él, de acuerdo a su Plan y por intermedio de sus jerarquías cósmicas y planetarias? Pues bien joven Kurt, se lo diré brevemente: porque una parte de la humanidad, a la cual nosotros pertenecemos, posee un elemento que NO PERTENECE AL ORDEN MA­TERIAL y que no puede ser determinado por la Ley de Evolución del Demiurgo. Ese elemen­to, que se llama Espíritu o Vril, se halla presente en ALGUNOS HOMBRES como POSIBI­LIDAD DE ETERNIDAD. Sabemos de el por el RECUERDO DE SANGRE, pero en tanto no seamos capaces de liberarnos de los lazos que nos atan a la ilusoria realidad del Demiurgo y remontemos el sendero del retorno al origen, no EXISTIREMOS realmente como individuos eternos. Me preguntará Ud. cómo es que en un Orden Cerrado como el que hemos descripto, pueden coexistir ELEMENTOS ESPIRITUALES ajenos a él y porque, si no pueden ser de­terminados por las leyes de la materia y la energía, permanecen sujetos al Universo de El Uno. Este es un gran misterio. Pero puede Ud. considerar como hipótesis que, por UNA RAZÓN QUE IGNORAMOS pero podemos suponer sea UNA ORDEN de un Ser infinitamente supe­rior al Demiurgo, o UNA NEGLIGENCIA incomprensible, o UN ENGAÑO colosal, alguna vez han ingresado al Universo material, una miríada de seres pertenecientes a una raza espiri­tual que llamamos HIPERBÓREA.

Supongamos que tales seres hubieran penetrado al sistema solar por una "puerta" abierta en otro planeta, por ejemplo Venus, y que ya aquí, merced a un ardid, una parte de sus Guías Hiperbóreos los hubiesen encadenado a la ley de evolución. Este encade­namiento, ya lo hemos dicho, NO PUEDE SER REAL pero, sin embargo, los Guías Traidores logran CONFUNDIR a los espíritus inmortales anclándolos a la materia. ¿Para qué hacen esto? Otro misterio. Pero lo cierto, lo efectivo es que, a partir de la llegada de tales Guías al sistema solar, se operará una mutación colectiva EN TODA LA GALAXIA que MODIFICA el Plan del Uno. Esta modificación está edificada en la Traición de los Guías y en la caída de los seres inmortales. Para que Ud. lo vea claro, joven Kurt, le diré que aquí, en la Tierra , existía un ser humano primitivo que "evolucionaba" siguiendo las leyes de las "cadenas planetarias" y los "reinos de la naturaleza".

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"Esta evolución era lentísima y perseguía la adaptación final a un arquetipo racial abso­lutamente animal, dotado de una mente racional, estructurada lógicamente por las funciones cerebrales y poseedor de un "alma" conformada por energía de los otros planos materiales mas sutiles. Este "hombre" es el que encontraron, en una etapa aún primitiva de su desarrollo, los Guías Traidores al llegar a la Tierra hace millones de años. Entonces, mediante un ingenioso sistema llamado Chang Shambalá que Ud. tendrá oportunidad de estudiar en nuestra Orden, ellos decidieron mutar la raza humana, encadenando los espíritus inmortales a los seres huma­nos ilusorios y materiales de la Tierra.

Desde ese momento existen tres clases de hombres, los animales-hombres primitivos o PASÚ, los semidivinos o VIRYAS a quienes se les adosó un espíritu y los Divinos Hiperbóreos o Siddhas, que son todos aquellos que logran RETORNAR AL ORIGEN y escapar del Gran Engaño. También son conocidos como Siddhas Leales una parte de los Guías, aquellos que NO TRAICIONARON y que, encabezados por Cristo-Lúcifer, intentan SALVAR a los viryas mediante la redención hiperbórea de la sangre pura, que consiste en despertar el recuer­do pri­migenio de la propia divinidad perdida. éstos son los señores de Agartha....Pero nos apartamos un poco de nuestro tema principal que versaba sobre Jehová-Satanás, el enemigo contra el cual combatimos para ganar el derecho a regresar al origen dorado. Pronto se le hará clara esta cuestión, joven Kurt, pues si Ud. recuerda que El Uno delegaba en unas "entidades conscien­tes" la ejecución de Su Plan, podemos ahora agregar que el sistema solar ha sido construido por una de tales "conciencias" a la que llamamos Logos Solar, secundada por Devas de menor Jerarquía quienes OCUPAN determinados puestos en la mecánica del sistema. En la Tierra , una "entidad planetaria" infundía vida al planeta e impulsaba la "evolución" de los reinos de la naturaleza de acuerdo al Plan Solar, inserto en el Plan Cósmico de El Uno. Está claro que se trata de emanaciones de El Uno enlazadas jerárquicamente: El Uno -- Logos Galáctico -- Logos Solar -- ángel planetario -- alma colectiva o grupal, etc. ¿Quien es Dios aquí? Según el nivel de conciencia y las pautas culturales y religiosas de los hombres, puede ser cualquiera de tales "entidades conscientes", pero siempre se trata del Uno. Si se dice que Dios es el Sol o se concibe un Dios "creador" de todo el Universo, se esta hablando de El Uno. Igual si se cree que Dios es la "naturaleza" o la "vía láctea" o La Tierra. Las diferentes cosmo­logías gnoseo­lógicas que se presentan a los hombres en sus distintas etapas de la "evolución" para concebir el mundo, no invalidan el hecho de que siempre se aluda directa o indirectamente a El Uno cuando se habla de Dios.

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"Pero regresemos a la Tierra. Cuando los Guías Traidores llegan a la Tierra se instalan en un "centro" al que denominan Shambalá, o Dejung, y fundan lo que se ha dado en llamar Gran Fraternidad Blanca o Jerarquía Oculta de la Tierra. No es un lugar localizable física­mente sobre la superficie terrestre, cuestión sobre la que Ud. deberá aprender más adelante, sino que se halla situado en un pliegue topológico del espacio. Pero lo que interesa aquí es destacar que el jefe de los Guías Traidores, se auto titula Rey del Mundo, pasando a ocupar el lugar de uno de los doce Kumaras del sistema solar. ¿Qué es un Kumara? un ángel planetario, una de esas "entidades conscientes" encadenadas por El Uno que conforman la "idea de un pla­neta". Es aquí adonde debe ubicarse la clave del nombre Jehová y de su "raza elegida". Porque el espíritu planetario se llamaba Kumara Sanat, quien luego de la constitución de Shambalá y de la venida del Rey del Mundo, decide actuar como REGENTE de El Uno en la ejecución de Su Plan, ahora modificado. Para ello se encarna, en nombre del Uno, en una "raza elegida" para reinar sobre los espíritus hiperbóreos esclavizados. Esa es la raza hebrea. Es decir que tenemos por un lado a la jerarquía Oculta de Chang Shambalá, con sus demonios: los Guías Traidores y su jefe: el Rey del Mundo, quienes llevan adelante ahora la "evolución" del planeta y son quienes "guían" a las razas por medio de una siniestra organización llamada Sinarquía. Y por otra parte tenemos la raza hebrea que no es sino la manifestación de Sanat Kumara en la Tierra para ocupar el máximo escalón de la Sinarquía , en nombre del Uno. Los mismos he­breos en su Kábala estudian que "Israel es uno de los 10 sefirot", el sephirah Malkut, es decir una de las emanaciones del Uno.

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"Finalmente Jehová es el nombre cabalístico del Demiurgo El Uno que Sanat Kumara representa en la Tierra y es, como dije al comienza de esta agradable charla, el ULTIMO NOMBRE HISTÓRICO que conocemos de El. Por eso nosotros LOS ANTIGUOS SERES HIPERBÓREOS que aún permanecemos encadenados en este mundo demoníaco, debemos tener bien presente que el enemigo es Jehová-Satanás, el Demiurgo de este mundo. (Ver un resumen de esta concepción en la siguiente figura fuera de texto).

El Führer continuaba entusiasmado su largo monólogo y aunque ya había  pasado una larga hora y llovían sobre nosotros las miradas curiosas de mucha gente que deseaba sentarse a la mesa, nadie en Alemania hubiera sido capaz de interrumpirle por un motivo tan prosaico como yantar una cena. Yo por mi parte sólo deseaba continuar oyendo las increíbles revelaciones del Führer y por eso……………….. 

Un breve punto de vista esteineriano sobre la lucha luciférico-ahrimánica externalizada en el mundo 

Steiner, quien obviamente no llegó a conocer el desarrollo y resultado de la guerra mundial, pero que sí estuvo familiarizado con los primeros años de praxis política nazi en Alemania antes de su muerte, mantuvo una posición heterodoxa acerca de los orígenes y causas de la Primera Guerra, en la que ya anticipó una plasmación del enfrentamiento luciférico-ahrimánico en Centroeuropa. Y así vió un paralelismo entre la posición central pero igualitaria del Cristo y la misión de Centroeuropa en la Primera Guerra Mundial. Insinuó que el militarismo de Alemania y Austria y la intransigencia política solas no condujeron a la guerra contra las potencias mundiales en el Este (Rusia) y el Oeste (Francia, Inglaterra y, desde 1917, los Estados Unidos). Según Steiner, la Primera Guerra Mundial fue la temprana expresión de una lucha entre fuerzas luciféricas en el Este y fuerzas ahrimánicas en el Oeste, y era el destino de Centroeuropa mediar entre estas dos fuerzas. 

En un conferencia dada por Steiner  en Linz en 1915, tras la Primera Guerra Mundial, que incluimos en el presente número de la revista BIOSOPHIA, el fundador de la Antroposofía hacía hincapié en que la figura del Cristo, en el grupo escultórico que estaba esculpiendo para ser plantado en el nuevo Goetheanum, el mismo debía ser representado como un ser en equilibrio entre las fuerzas polares de Lucifer y Ahriman y que este ser era el símbolo y el modelo para la propia existencia del hombre aquí en la Tierra. El Cristo, dentro de la escultura que iba a implantar en el Goetheanum de Dornach, estaba directamente inmiscuído y relacionado en el grupo escultórico de las tres figuras: Cristo, Lucifer y Ahriman, y nos decía Steiner dentro de esa conferencia: Una tarea especial en la representación de esta figura del Cristo será hacer visibles dos ideas. En primer lugar, será importante mostrar cómo el ser que estamos considerando habita en el cuerpo humano. En segundo lugar, debe hacerse patente cómo este cuerpo humano, en cada expresión facial y en cada gesto refleja un magnífico grado de refinamiento espiritual, que descendió con el Cristo desde las alturas cósmicas y espirituales en este cuerpo en su trigésimo año. Entonces tendremos a las restantes dos figuras del grupo, una a la izquierda y la otra a la derecha de la figura del Cristo, si ese es el nombre adecuado para la figura que acabo de describir……… 

En esa conferencia de Linz presenta a ese triple grupo en un contexto histórico del mundo y relaciona el significado de la configuración Lucifer-Cristo-Ahriman con los sucesos que rodearon a la Primera Guerra Mundial. Nos decía, acerca de la relación central de Cristo con las dos potencias adversas y contrapuestas: Estamos inyectando esta configuración de una relación entre Cristo, Lucifer y Ahriman en nuestro edificio de Dornach porque la ciencia del espíritu se nos revela de una manera tal que la próxima tarea en lo concerniente a la comprensión del impulso Crístico será hacer que el hombre comprenda finalmente cómo las tres fuerzas de Cristo, Lucifer y Ahriman están relacionadas en este mundo. Hasta hoy se ha hablado mucho de Cristianismo y el impulso del Cristo, pero el hombre no ha obtenido aún una clara comprensión de lo que el impulso Crístico ha traído al mundo como resultado del Misterio del Gólgota. Ciertamente, se admite generalmente que hay un Lucifer o un Ahriman, pero al hacerlo, se hace que parezca que uno debe huir de estos dos, como si uno deseara decir, "¡No quiero tener nada que ver con Lucifer y Ahriman!" - En la conferencia pública de ayer  describía la manera en que pueden encontrarse las fuerzas divino-espirituales. Si estas fuerzas no quisieran tener nada que ver con Lucifer y Ahriman, entonces, el mundo no podría existir. Uno no obtiene la relación adecuada con Lucifer y Ahriman diciendo, "¡Lucifer, huyo de ti!" Más bien, todo lo que el hombre ha de luchar como resultado del impulso del Cristo debe ser visto como parecido al estado equilibrado de un péndulo. En el centro, el péndulo está en equilibrio perfecto, pero debe oscilar de uno a otro lado. Lo mismo se aplica al desarrollo del hombre aquí sobre la tierra. El hombre debe oscilar a un lado de acuerdo con el principio luciférico y al otro según el principio de Ahriman, pero debe mantener su equilibrio cultivando la declaración de San Pablo, "No yo, sino Cristo en mí……………..

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………….Podríamos mencionar muchos otros ejemplos a partir de los cuales sería posible ver cómo la cultura de occidente está dominada por el principio ahrimánico, y qué principio provoca que el péndulo se desplace al lado contrario. En oriente estamos enfrentados al principio luciférico y en oriente al ahrimánico. En Centroeuropa se nos ha asignado la inmensamente importante tarea de encontrar el equilibrio entre oriente y occidente. Por tanto, la escultura de nuestro edificio de Dornach debe representar la que consideramos como la más importante tarea espiritual de nuestra época, es decir, encontrar la relación de equilibrio entre Lucifer y Ahriman. Sólo entonces se reconocerá cómo el impulso de Cristo estaba destinado a influir la evolución terrestre, cuando el Cristo no es simplemente llevado a la preeminencia, sino que es conocido de la forma adecuada como una fuerza ejemplar en equilibrio con Lucifer y Ahriman………

……….. Es imposible sobrevalorar la importancia de la magnífica pintura de Miguel Ángel El Juicio Final, que puede encontrarse en la Capilla Sixtina de Roma. Cristo es representado victorioso, dirigiendo a la gente buena a un lado y a la malvada a otro. Miremos esta figura de Cristo. No posee las características que nos gustaría destacar en el Cristo de nuestro edificio de Dornach. Incluso aunque Lucifer esté por encima de él, debe mostrarse que el Cristo eleva Su mano con compasión. Se supone que Lucifer no es derribado por el poder de Cristo, sino que se desploma por su propio poder al no ser capaz de soportar la radiación del poder del Cristo, y el Cristo eleva su mirada y enarca su ceja mirando a Lucifer. De manera similar, Ahriman no es conquistado por ningún odio de Cristo, sino porque siente que no puede aguantar las fuerzas que emanan de él. El Cristo, sin embargo, se eleva en el medio como el que porta el principio de Perceval a la nueva era y quien, no por medio de Su poder sino por medio de Su mismo ser, induce a otros a superarse, y no a ser superados por El. En el fresco de Miguel Ángel, vemos a un Cristo que usa Su poder para enviar a unos al Cielo y a otros al Infierno. En el futuro, tal imagen no será vista como el verdadero Cristo, sino más bien como un Cristo con cualidades luciféricas. Por supuesto, esta observación no resta mérito a la grandeza del fresco, de hecho, lo reconocemos. Simplemente debemos admitir, no obstante, que Miguel Ángel no era aún capaz de pintar al verdadero Cristo porque el desarrollo del mundo no había alcanzado el punto necesario para hacerlo posible. Debe haber una clara comprensión de que no podemos volver nuestra atención sólo al Cristo, sino que debemos fijar nuestra mirada en la configuración triformada: Cristo, Lucifer y Ahriman. Solo puedo insinuar esto, pero la ciencia espiritual eventualmente sacará a la luz el contenido completo del misterio, la relación de Cristo con Lucifer y Ahriman.

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La visión gnóstica acerca del Demiurgo y de Cristo 

La Gnosis Primordial establece que la materia es mala e impura, la materia es la prisión del Espíritu. Este mundo material es el infierno. La materia es mala, y si la materia es mala el creador de la materia debe ser, por consiguiente, alguien malo. Para la Sabiduría Gnóstica Hiperborea el mundo material, este mundo, ha sido creado no por un dios bueno o justo sino por un Satanás creador. La materia es algo satánico, por lo tanto quien la creó debe ser también un ser satánico. El tiempo y el espacio fueron creados juntos, son inseparables, y el tiempo es el aliento del dios creador. Los animales tienen que desgarrarse entre sí, destrozarse, para poder comer y sobrevivir. Los seres humanos necesitan engañarse unos a otros en todos los órdenes de la vida, para superarse, para competir, para sobrevivir mejor. 

El Dios creador no es el único dios. Hay por encima de El otro Dios, infinitamente superior y perfecto, afirman los gnósticos. Este Dios, incognoscible para el hombre, está fuera de toda esta creación infernal e impura. Ningún hombre puede conocer a este Dios a través de su cuerpo y de su alma, imperfectos y creados. Sólo el hombre que se ha liberado totalmente de eso puede tener una pequeña idea, un atisbo de intuición de lo que es ese Dios que está por fuera de este universo finito y limitado. Este Dios es para los Gnósticos un Dios no solo desconocido sino imposible de conocer, es Incognoscible, es el Dios Verdadero. 

Para la Sabiduría Gnóstica e Hiperbórea, el animal-hombre, creado por El Uno (el Demiurgo), es un ser compuesto de cuerpo físico y Alma. Como producto de una Traición Original, perpetrada por los Dioses Traidores, el Espíritu Increado, perteneciente a una Raza extracósmica, ha quedado encadenado a la Materia y extraviado sobre su verdadero Origen. El encadenamiento espiritual al animal hombre causa la aparición histórica del Yo, un principio de Voluntad inteligente: carente de Espíritu eterno, el animal hombre sólo poseía un sujeto anímico que le permitía adquirir cierta conciencia y efectuar primitivos actos psicológicos mecánicos, debido al contenido puramente arquetípico de tales actos mentales. Pero de pronto en la Historia, por causa de la Traición Original, aparece el Yo en medio del sujeto anímico, sumido en él. Así, el Yo, expresión del Espíritu, surge hundido en la entraña del Alma sin disponer de ninguna posibilidad de orientarse hacia el Origen, puesto que él ignora que se encuentra en tal situación, que hay un regreso posible hacia la Patria del Espíritu: el Yo está normalmente extraviado sin saber que lo está; y busca el Origen sin saber qué busca. Los Dioses Jerárquicos le encadenaron al Alma del animal hombre para que la fuerza volitiva de su búsqueda inútil fuera aprovechada por el Alma para evolucionar hacia la Perfección Final. Sumido en el sujeto anímico, el Yo es incapaz de adquirir el control del microcosmos, salvo que pase por la Iniciación Hiperbórea, la cual produce el efecto de aislar al Yo, del Alma. Por eso la Sabiduría Hiperbórea distingue entre dos clases de Yo: el Yo despierto, propio del Iniciado Gnóstico y el Yo dormido, característico del hombre dormido u hombre "normal", el humano común y corriente de nuestro días. 

Pero, continúan en su argumentación los gnósticos hiperbóreos, mientras los Dioses kármicos del Demiurgo se ocupaban de castigar a los hombres con las pesadas cadenas del Karma, muy otra sería la actitud del Demiurgo. El, según su característica, ha querido imitar, y aún superar, a los linajes hiperbóreos fundando una Raza Sagrada que lo represente directamente, es decir, que canalice su voluntad, y, por intermedio de la misma, reinar sobre los Espíritus encarnados. Una "Raza Sagrada" que, según su Plan, se levante en el medio mismo de los pueblos condenados al dolor y al sufrimiento de la vida y que, triunfando sobre ellos, acabe por infligirles la humillación final de someterlos eventualmente al final de los tiempos a la Sinarquía de la Logia Blanca. Entonces los linajes hiperbóreos, hundidos en el barro de la degradación espiritual, exhalarán sus últimos lamentos y esos gritos de dolor, esos alaridos de espanto, serán la dulce música con que la Raza Sagrada regalará a su "Dios" Jehová, a quien los gnósticos consideran ser Satanás, el Demiurgo de la Tierra.  

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El principal crimen del hombre, dicen los gnósticos, ha sido negar la supremacía de "Dios", es decir, del Demiurgo terrestre Jehová, y rebelarse a su esclavitud. Pero el hombre es un ser miserable, inmerso en un Infierno de Ilusión en el que se siente insensatamente "a gusto", sin posibilidades de romper el hechizo por sí mismo. Si ha negado al Demiurgo y se ha "rebelado" ha sido en virtud de un agente exterior, pero: ¿qué "cosa" en el Mundo puede ser capaz de despertar al hombre, de abrir sus ojos a la divinidad olvidada?. Pero esa "cosa", ese "objeto abominable", dicen los gnósticos luciféricos, no es de este Mundo y de él ha "comido" el hombre-Espíritu-cautivo. Ese "fruto verde", que más tarde llamarán Gral, es un alimento que nutre con la gnosis primordial, es decir, con el conocimiento sobre la Verdad de los orígenes. Por el Gral, fruto prohibido por excelencia, el hombre sabrá que es Eterno, que posee un Espíritu Divino encadenado a la materia, que procede de un Mundo imposible de imaginar desde el Infierno terrestre pero por el que siente nostalgia y al que desea regresar. Y en definitiva es ello lo que constituye la tentación luciférica para el iniciando cainita: la promesa de ese Paraíso de vuelta al Origen del Dios verdadero al lado de su representante Lucifer.  

Para los gnósticos el hecho de recordar el Origen Divino será, en adelante, un terrible pecado y quienes lo han cometido deberán pagar por ello; esa es la Voluntad del Demiurgo, lo que denominan la "Ley de Jehová Satanás". Serán sus Ministros, las jerarquías de la Logia Blanca, quienes se encarguen de ejecutar la condena cobrando el castigo en una moneda que se llama: dolor y sufrimiento. El instrumento será, naturalmente, la encarnación, repetida mil veces en transmigraciones "controladas" por la "Ley" del Karma, declarandose, en una terrible plasmación de la prisión del mundo, que el dolor y el sufrimiento son "para bien" de los Espíritus, "para favorecer su evolución".  

Según las leyendas y mitos Gnósticos, el gran Dios Incognoscible envió al Verdadero Kristos, a Lucifer, al Gallardo Señor, Lider y Jefe de la Raza de Espiritus Hiperboreos, ángel de Corazon de Hielo y Voluntad de Fuego y de Luz negra increada inefables, para iluminar a los hombres, para ayudarlos a despertar y a conocer su verdadero origen, el origen de su Espíritu, perversamente aprisionado en esa materia impura llamada cuerpo-alma. El conocimiento salvador capaz de despertar a los hombres y ayudarlos a liberar a sus Espíritus cautivos. El conocimiento apropiado para que el hombre pueda conocer quién es, por qué está aquí en este mundo y qué debe hacer para liberarse y realizar su Espíritu, el cual pertenece a otro plano, increado e incognoscible. 

Hay algo en el hombre que no ha sido creado por el dios creador: el Espíritu Eterno. El Espíritu ha sido traído de afuera, de otro plano, de otro mundo, y por tanto no pertenece a este mundo. Ha sido agregado al compuesto de cuerpo y alma que era el hombre animal antes de la venida luciférica, para hacerle funcionar eficazmente, conseguir adquirir un Yo y en su consecuencia evolucionar, porque el hombre anterior creado por el Dios creador constituía un engendro sin autoconocimiento ni consciencia ni yo. Pero el Espíritu luciférico ha sido puesto allí contra su voluntad, se encuentra encarcelado en la materia. Y entonces es el Espíritu lo que se rebela, no  contra su creador, el Dios Incognoscible del que procede,  sino que contra quien en realidad se rebela es contra su carcelero y aprisionador. En su consecuencia el hombre luciférico tiene el deber de oponerse sistemáticamente al que le oprime y le explota para su beneficio, y su función fundamental en esta vida es rebelarse y eventualmente desencadenar y liberar a ese Espíritu con el que se identifica: el Lucifer interno. 

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Por lo tanto, argumentan los hiperbóreos, si el Demiurgo creó el cuerpo y el alma del "Ser Humano", hay esa otra cosa más que es el Espíritu increado, no creado por Dios, que ha sido aprisionado, adosado, al alma del hombre. La biblia no lo dice, alegan los gnósticos luciféricos porque la biblia habla de lo creado por el Dios demiúrgico que creó el cuerpo y el alma. Pero, afirman, el hombre tiene un cuerpo, un alma y un Espíritu. Un elemento que proviene de otro mundo, de otro reino, del reino incognoscible de la antimateria que en nuestro estado habitual no podemos siquiera imaginar. Esa chispa antimaterial sin la cual ningún ser humano hubiera evolucionado hasta llegar a ser lo que es ahora, es el Espíritu. Sin él, ningún ser humano se hubiera diferenciado jamás del animal común. Esa chispa especial, increada, divina, proveniente del reino incognoscible, es denominada Espíritu. Según la Sabiduría Hiperborea, este Espíritu, que no pertenece a este mundo, ha sido atraído y encadenado a la materia infernal, para utilizarlo, para usarlo como un agente impulsor de la evolución material. Se ha atrapado en cada hombre una chispa increada, para poner en marcha todo este proceso evolucionario que está dentro de los planes del Dios creador. Se utilizan Espíritus divinos para impulsar la evolución en este plano de materia impura y por tanto es la energía divina del Espíritu prisionero lo que impulsa la evolución de lo que ellos denominan que era un animal-hombre. 

Tras haber comido de la fruta del arbol de la ciencia del bien y del mal el hombre despertó, cuando la Serpiente tentadora del Edén le dió a comer el fruto prohibido que abrió sus ojos y se hizo conocedor del bien y del mal.. Según los Gnósticos esta Serpiente es Lucifer, que tomó la forma de una serpiente para despertar a los hombres: el que trae la Luz, el Portador de Luz. Lucifer es un Enviado del Dios Supremo, el Dios Incognoscible. Es un Enviado del Dios Verdadero que penetró en este mundo de miseria, imperfecto y deficiente, para despertar y liberar al hombre, para mostrarle cuál es su verdadera situación y cuál puede ser su alto destino. Por esta razón los hombres que siguen los mandamientos del dios creador ven a la serpiente como algo maligno y satánico, y en medio de su gran confusión la equiparan a Satanás.  

Por el contrario, los Gnósticos ven a la Serpiente Lucifer como salvadora, como alguien que vino a salvar a los hombres, como un Enviado del Dios Verdadero, que ha venido a liberar al hombre de la tiranía de Yahvé, de la "tiranía" del dios creador. Esta Serpiente iluminadora que trae la Gnosis, la verdad Gnóstica que permite descubrir lo auténtico y verdadero en este mundo de confusión, ha venido a liberar al hombre y ayudarle a salir de este mundo satánico, a regresar al mundo de donde proviene: el Origen, el Paraíso espiritual, la Patria del Espíritu de donde proviene el hombre cainita. Por tanto esta Serpiente es, para los Gnósticos, la Serpiente de la Salvación, la Serpiente que ha abierto los ojos de los hombres, que les ha ofrecido la manzana de la emancipación, para ayudarlos a despertar y liberarse de este mundo de miseria y materia impura.

          Los Gnósticos de épocas posteriores, en los orígenes del cristianismo, los denominados Gnósticos Cristianos o Cristianos Gnósticos, percibieron a Cristo como la Serpiente del Génesis. Esto fue así porque Cristo, mucho después de los sucesos del paraíso terrenal, al igual que la Serpiente vino a traer un mensaje liberador. Un mensaje que libera de este mundo impuro a los hombres. Según estos Gnósticos Cristianos, se trató de un conocimiento (la Gnosis) capaz de poner a los hombres en contacto con el otro mundo, opuesto al del demiurgo: el mundo incognoscible del Dios Verdadero.  Por ello a Cristo, portador de ese mensaje, de esa Gnosis, se lo ha equiparado a la Serpiente del Génesis, quien vuelve por segunda vez a la Tierra para ayudar nuevamente a la humanidad. En la primera venida fue la Serpiente Lucifer y en la segunda, dicen los Gnósticos, fue también el mismo Lucifer, en forma de Cristo, el Cristos Lucifer. Según estos Gnósticos cristianos, cuando Cristo vino al mundo lo hizo por segunda vez, pues la primera fue en el paraíso terrenal, y en ambas, dicen los gnósticos, se trató en realidad de Lucifer, como Enviado del Incognoscible, la Serpiente es Cristo, el Salvador que vino dos veces a este mundo. Para ellos el cristianismo Verdadero es el cristianismo luciférico, el que que se dió en la Atlantida, de manera que el actual es un Judeocristianismo basada en el Mesias Hebreo, el Arquetipo judaico pergeñado por el Demiurgo, el cual por lo tanto es una Copia del Original que no Libera y solo Lleva a la fusion con el Demiurgo y su Universo Creado.  

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Es evidente la confusión que efectúan acerca de la figura de Cristo, al adjudicarle ser la esencia de Lucifer, el mismo ser que advino en la Atántida. Para los Hiperbóreos gnósticos Jesús de Nazaret vino a incorporar de nuevo la identidad espiritual de Lucifer, y, aseguran, es esa divinidad la que realmente adoraron los primeros gnósticos cristianos, aunque finalmente se traicionara tal designio, pues la encarnación crística de hace dos mil años eventualmente formaba parte del plan general del Demiurgo Jehová de conformar un mesías que, frente a los linajes del Espíritu Hiperbóreo, representaría al Arquetipo judío al que se adaptarían culturalmente todos los pueblos occidentales y arios, al servicio del sionismo y de la raza judía que finalmente reinaría en el mundo para dirigir y representar la Sinarquía mundial y al Gobierno institucionalizado globalmente de las Potencias de la materia. Y así Nimrod Rosario establece dentro del mismo texto antes reseñado: 

Ya mencioné que, durante los días de mayor decadencia espiritual de la Atlántida, Kristos Lúcifer se manifestó a la vista de los hombres dormidos. Su Presencia tuvo la virtud de purificar y orientar a muchos hombres, quienes, gracias a este descenso a los Infiernos realizado por el Gallardo Señor, pudieron así emprender el sendero del Regreso. Sin embargo la reacción cobarde de los Dioses Traidores, que recurrieron al empleo de la magia negra para impedir el rescate, condujo finalmente a una guerra sin cuartel que sólo concluyó cuando hubo desaparecido la última Atlántida. Y aunque el continente atlante desapareció devorado por las aguas y miles de años de barbarie y confusión estratégica borraron estos hechos de la Historia, no es menos cierto que el drama vivido fue tan intenso que jamás se oscureció del todo en la memoria colectiva de los linajes hiperbóreos. Se intentaba ceñir a los miembros de la Humanidad, sin distinción alguna por su Raza o religión, a un "typo" psicológico universal o sea a un Arquetipo colectivo. Ese Arquetipo, por supuesto, era el de la Raza hebrea pues lo que se quería en definitiva era judaizar a la humanidad y prepararla para el Gobierno Mundial de la Sinarquía. Para la misión de "preparar el vehículo" mediante el cual Jehová Satanás se manifestaría a los hombres, fue comisionado uno de los Maestros de Sabiduría de la Fraternidad Blanca, quien sería conocido, luego de su encarnación, como Jesús de Nazareth. Pero el cuerpo físico del Mesías poseería una constitución diferente a la de un simple hebreo: María sería preñada "con la mirada" por uno de los Demonios de la Jerarquía, el "Angel Gabriel", quien en realidad emplea el método de "intersección de campos", una de las tres formas de partenogénesis que existen: de este modo se imitaba también a la Virgen de Agartha, Ama, la Madre de Navután, que fue embarazada en Venus por otro "Angel", el "Serafín Lúcifer". Si la obra del Mesías triunfaba la Humanidad entera sería "civilizada", es decir judaizada, y se acabaría la "barbarie", es decir el recuerdo mitológico de los ancestros Divinos ¡Con qué colosal hipocresía se planificó y ejecutó la estafa! Luego de Jesús Cristo ¿quién sería ya capaz de distinguir entre el Kristos de la Atlántida y su caricatura? Sólo unos pocos han sospechado el engaño, Gnósticos, Maniqueos y Cátaros, y contra ellos ha caído el anatema de las Fuerzas Oscuras, la persecución y el aniquilamiento. ¡Con qué colosal hipocresía se planificó y ejecutó la estafa! Luego de Jesús Cristo ¿quién sería ya capaz de distinguir entre el Kristos de la Atlántida y su caricatura? Sólo unos pocos han sospechado el engaño, Gnósticos, Maniqueos y Cátaros, y contra ellos ha caído el anatema de las Fuerzas Oscuras, la persecución y el aniquilamiento. El Arquetipo Hebreo de Jesús Cristo, que se hallaba al igual que todos los Arquetipos en el Plano Arquetípico, fue precipitado al plano físico o actualizado durante la encarnación del Demiurgo en el cuerpo de Jesús de Nazareth. Tal actualización del Arquetipo Malkhouth significa que se ha establecido una fuerza permanente en la Tierra, la cual actúa de manera equivalente a la gravitatoria "empujando" al hombre hacia la forma judaica. Ello es debido a una razón que es también un terrible secreto: ¡Jesús Cristo no ha desencarnado! Por el contrario se ha situado desde entonces "en el centro de la Tierra", junto al Rey del Mundo, irradiando desde allí…………….. 

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…………"En el año 30 de la Era cristiana el Verbo se hizo carne y habitó entre los hombres". Aquel por cuya Palabra fue creado el Mundo, se vistió con el ropaje de su Arquetipo Hebreo, Malkhouth, y se manifestó a los hombres en la persona de Jesús de Nazareth. Fenómeno de los fenómenos, Maravilla de las maravillas, ¡qué espectáculo prodigioso habrá sido ver al Demiurgo hecho hombre! Hay que reconocer que esta vez hubo una innegable calidad en su infernal idea de imitar al Kristos de la Atlántida y aprovecharse del Recuerdo de Sangre de los hombres. El resultado está a la vista. Poco a poco los pueblos salieron de la "barbarie" y la "Civilización" se extendió hasta los últimos rincones de la Tierra. Y los hombres lenta pero inexorablemente se han ido adaptando al patrón psicológico judío ¿cómo se logró este éxito? ¿por qué alquimia colectiva la efímera vida de Jesús Cristo consiguió influir sobre los pueblos durante milenios hasta desembocar en su completa judaización? ¿fue sólo el Recuerdo de Sangre del Kristos de la Atlántida lo que determinó tal resultado o hubo otros factores ocultos que contribuyeron a la confusión de la Humanidad y a su judaización actual? Sin entrar en demasiados detalles, dado que el tema da para largo, puedo decir que el Arquetipo Hebreo de Jesús Cristo, que se hallaba al igual que todos los Arquetipos en el Plano Arquetípico, fue precipitado al plano físico o actualizado durante la encarnación del Demiurgo en el cuerpo de Jesús de Nazareth. Tal actualización del Arquetipo Malkhouth significa que se ha establecido una fuerza permanente en la Tierra , la cual actúa de manera equivalente a la gravitatoria "empujando" al hombre hacia la forma judaica . Ello es debido a una razón que es también un terrible secreto: ¡Jesús Cristo no ha desencarnado! Por el contrario se ha situado desde entonces "en el centro de la Tierra ", junto al Rey del Mundo, irradiando desde allí su "potencia arquetípica" (hoy diríamos "información genética") en infinitos ejes geotopocéntricos que parten del centro terrestre y atraviesan la columna vertebral de los hombres. Esta es la fuerza arquetípica permanente de Jesús Cristo. Pero no es la única: también actúa sobre el hombre una influencia judaica emocional , irradiada desde el propio "Pueblo Elegido" de Israel ya que la Raza Sagrada forma parte de la anatomía oculta de la Tierra cumpliendo la función de chakra corazón o anhata chakra.

Con respecto a la última pregunta vale la pena destacar que el "animal-hombre" creado por el Demiurgo hace millones de años para que "evolucionase" de acuerdo al Plan que siguen los siete Reinos de la Naturaleza , tendía naturalmente a conformar un typo que respondía a algunos Arquetipos básicos. Sin embargo, desde el año 33 de la Era Cristiana , puede asegurarse que el Arquetipo judaico de Jesús Cristo es ahora el Arquetipo psicológico del hombre, es decir, el tipo hacia el que tiende por evolución. Esto significa que en los hombres, quienes poseen por el antiguo Misterio de A-mort una herencia animal, las tendencias animales le impulsarán inconscientemente hacia el Arquetipo judaico. Sólo la pureza de sangre podrá evitar el predominio de las tendencias animales y el consiguiente peligro de corresponder psicológicamente con el Arquetipo judaico…………… 

Nos llama poderosamente la atención la relación de alianza antiluciférica que en todo momento nos presentan los Hiperbóreos gnósticos, y así lo acaba de manifestar también el pontífice nazi, entre el Jehová demiúrgico y la Fraternidad o Logia de Maestros de Shamballa, como representantes ambos de la llamada Sinarquía mundial sionista y materialista antiluciférica, cuando cualquiera que haya leído los textos teosóficos de la Sra. Blavatsky o de la arcana Alice Bailey, ambas canalizadoras de la ideología espiritual de los dos miembros fundamentales de tal Fraternidad, los mahatmas Koot Hoomi y Morya, habrá recogido de forma contínua en tales textos los ataques y críticas proluciféricas de dicha Logia contra el Demiurgo Jehová, como dios lunar menor en relación con el dios solar Lucifer, y asimismo contra los desmanes más recientes del pueblo judío en el asentamiento de su actual estado de Israel. El tratamiento que HP Blavatsky da al concepto de Jahvé en su Doctrina Secreta, debido a cierta antipatía que sentía tanto contra Cristo como contra Jahvé, mostraba a éste como deidad lunar cuyo adversario es Lucifer, al que consideraba un dios positivo y solar, siguiendo el antiguo enunciado de "Christus verus Luciferus", como vehículo de luz espiritual. 

La iniciación luciférica y la iniciación cristiana 

Todo hombre, tarde o temprano, establecen los autores gnósticos luciféricos, deberá optar por uno de los dos únicos caminos, opuestos e irreconciliables, que existen para él: la realización de su Alma o la realización de su Espíritu. No hay una tercera posibilidad. El camino de la mano derecha, hacia el Demiurgo, a través del perfeccionamiento del alma, o por el contrario el Camino de la Mano Izquierda, hacia el Incognoscible, a través de la liberación del Espíritu. El Alma o el Espíritu son lo que constituye la meta u objetivo particular de una iniciación, y por ello, afirman, sólo existen iniciaciones del Alma e iniciaciones del Espíritu. Ambas tienen por finalidad facilitar el acceso del aspirante hacia el destino escogido por él. La Iniciación Hiperbórea, dicen los hiperbóreos, es el tránsito, no espacial ni temporal, sino estratégico hacia el selbst, hacia Hiperbórea terrestre, hacia Thule, hacia Agartha, hacia el Valhalla, hacia Venus, hacia el Origen, hacia Hiperbórea original, fuera del demencial Universo material creado por El Demiurgo, El Uno, hacia la eternidad del Espíritu, cerca del Dios Incognoscible y de Kristos Lucifer, el Gran Jefe de la Raza de los Espíritus Hiperbóreos. 

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            Para los gnósticos hiperbóreos, el objetivo de las iniciaciones del Alma tiene por objeto la fusión final con el Demiurgo. Si alguien nos habla de la "unión con Dios", de "perderse en Dios", de la "fusión de la conciencia individual con la Conciencia Una", del samadhi (disolución en el Demiurgo), etc., los seguidores de Lucifer sabrán, que se encuentran frente a una religión, secta o movimiento esotérico dirigido finalmente por el Demiurgo, y en su consecuencia las iniciaciones que se puedan otorgar allí, serán iniciaciones del Alma y no del Espíritu. Por el contrario, en las iniciaciones del Espíritu jamás se habla de fusión con ningún Dios. Al final del camino, cuando se produce el enfrentamiento total con el Demiurgo, afirman los luciféricos, el iniciado deberá resistirle y rechazarle, excluirle y excluirse para siempre. En estos casos no se hablará del samadhi sino del kaivalya: que significa separación absoluta. Pero un kaivalya especial, no sólo una separación total con respecto a todo lo creado por el Demiurgo, sino que el verdadero kaivalya comprende inevitablemente la separación total y absoluta del Demiurgo mismo. 

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Además, un principio fundamental de la iniciación luciférica sería distinguir que en las iniciaciones que conducen al Demiurgo se procura, afirman ellos, en el aspirante un debilitamiento paulatino del Yo y su posterior renuncia a él. Los gnósticos luciféricos creen que todo movimiento religioso que trabaje a favor del Demiurgo le dará una gran importancia a la necesidad de anular al Yo en los aspirantes. Tienen el convencimiento de que para que la fusión con el Demiurgo tenga éxito, es fundamental que el aspirante renuncie totalmente a su Yo. Una vez que el yo se haya desintegrado, la cáscara vacía en que el iniciado se ha convertido será llenada inmediatamente por el Demiurgo. Tal hombre, afirman, se ha entregado al Demiurgo como un animal que va a su propio sacrificio, hacia la nada y la nada es llenada por el Demiurgo. Y así se ha cumplido la meta del Demiurgo, ese hombre ha recorrido un largo camino para terminar disolviéndose en Aquel que le creó. A la inversa, en las iniciaciones del Espíritu, afirman los hiperbçoreos, se procura siempre una ampliación y engrandecimiento del Yo y una acumulación suplementaria de "poder". Agrandar y aumentar el Yo, alegan, es acercar el Espíritu. Pues si no existe el Yo, el Espíritu no puede manifestarse. Renunciar al Yo es renunciar al Espíritu. Obviamente no se refieren al Yo como Alma, sino al yo como afirmación del poder personal y el ego. 

Así como en las iniciaciones del Alma se habla de evolución, de futuro y de progreso, cuando se dice que "El alma debe evolucionar hasta fundirse con Dios", o que "Toda la creación evoluciona hacia Dios", o que "La sociedad humana continuará evolucionando hasta llegar a ser una comunión universal de almas", en las iniciaciones del Espíritu se habla de retorno y de pasado. Para los gnósticos el mundo marcha hacia su degradación y su destrucción, ya que nada bueno nos espera en el futuro. Es imprescindible la restauración de Algo que existió en el pasado. Para reparar la Gran Injusticia cometida por el Demiurgo y sus Jerarquías, es preciso retornar hacia ese pasado para desactivar todo, para liberar lo que haya que liberar y para destruir lo que haya que destruir. Y sobre todo es preciso distinguir, dicen abiertamente, que en eso que denominan las iniciaciones del Alma se hablará de compasión, devoción, amor, generosidad y servicio. Compasión por todos los seres creados por el Demiurgo, amor al Demiurgo y a los demás hombres, haciendose hincapié en la culpa y en el arrepentimiento.. "Amor a todo lo que el Aliento de Vida Divina ha traído a la existencia". Servir a los demás, a los "Maestros" de la Logia Blanca y al Demiurgo, dicen, "para que se cumpla el Plan de la Tierra ".  

Por el contrario, en las iniciaciones del Espíritu se habla del aspirante como de un guerrero que ha declarado la guerra total a las fuerzas de la materia. No se habla de paz sino de espada, se habla de lucha por la libertad y de asaltar el cielo. No se habla de amor ni de devoción, ni de culpa ni de arrepentimiento, sino de deber, de honor y de venganza. Hay que tener en cuenta que a medida que el aspirante se va Espiritualizando, aumentan en él la agresividad y la repulsión contra todo lo que es anti-Espiritual e impuro, material y creado. Es, ni más ni menos que la hostilidad natural del Espíritu hacia el Demiurgo y hacia su obra. Y ahí distinguen y establecen claramente que si el Espíritu sintiera amor hacia el Demiurgo y su creación, no sería un Espíritu, sería un Alma. El Alma, afirman, es amor puro (al Demiurgo y su obra). El Espíritu es odio puro (al Demiurgo y a su obra). 

La consumación de su liberación y emancipación se realiza durante la ceremonia de iniciación, en la que el aspirante se dirige al Demiurgo declarando su independencia con respecto a él y a su creación, comunicándole expresamente que ya no pertenece a su esfera de autoridad y que ha trascendido todo su poder e influencia. El iniciado reconoce al Dios Incognoscible, rechaza la autoridad del Dios creador y sus mandamientos, y declara que ha sido liberado para siempre del poder del Demiurgo. Y por tanto a partir de allí su relación con el Demiurgo será completamente distinta. A través de la iniciación gnóstica, el iniciado luciférico ha cambiado radicalmente su relación con el Dios creador, pues por fin se ha separado del Demiurgo y de toda la creación. Se ha separado de su cuerpo y de su alma. Ha quedado fuera de las leyes que rigen el mundo de la materia y del tiempo, fuera de todolo que no sea su esencia, su Espíritu. 

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¿Por qué estoy aquí, en este mundo?, se pregunta el aspirante gnóstico Y se contesta, siguiendo la filosofía espiritual luciférica: estoy aquí para ser usado como animal de laboratorio, en un experimento descabellado y demencial concebido por un Dios inferior. Este plan requiere del aprisionamiento de mi Espíritu Eterno, a fin de utilizar su potencia antimateria para impulsar la evolución de ese engendro impuro y perecedero denominado cuerpo-alma. Para que un hombre pueda alcanzar alguna vez el objetivo final para el cual ha sido creado, que sería su fusión y su transformación en el Demiurgo, es imprescindible la potencia de un Espíritu. Esta energía antimateria, capaz por sí sola de poner en peligro a toda la creación, es parcialmente desactivada y disminuida a fin de ser utilizada sin peligro. Para ello el Espíritu debe ser encerrado y confundido, para que aporte solo una ínfima parte de su potencial a la obra siniestra del demiurgo. Por tanto mi finalidad en esta vida es que debo despertar. Debo tomar conciencia de mi verdadera situación y hallar una salida. A continuación deberé liberarme y escapar de la prisión. A partir de entonces el Espíritu liberado le está arrebatando al Demiurgo creador su obra más importante y echando por tierra con sus planes, dice el creyente gnóstico, que piensa que el Demiurgo creó al hombre para que le admire y adore devocionalmente. Y al final ha de ocurrir justamente lo contrario: el cuerpo y el alma del hombre habrán de ser transformados por el Espíritu en opositores radicales al creador y a su obra. 

 La Gnosis Primordial, el Lucifer interno, en el momento de la inicación luciférica y antes dentro de todo el proceso de liberación del Espíritu, le dice al aspirante  que debe elegir uno de sus yoes, el más fuerte, el más parecido a su Espíritu. No importan los demás yoes, sólo importa ese yo, el yo del Espíritu. Hay muchos yoes en cada hombre, pero solo uno corresponde al Espíritu. El resto son yoes del Alma. Estos últimos impulsan al hombre a "amar a Dios", "amar al prójimo", "poner la otra mejilla", "compartir todo con los demás", "colaborar en la obra de Dios", etc. El Yo del Espíritu, por el contrario, es el máximo opositor al creador y su creación. Por ello es preciso distinguir entre el Yo que corresponde al Espíritu y al Dios Incognoscible, por una parte, y los demás yoes, verdaderas legiones de diablos, por la otra, dice la doctrina gnóstica hiperbórea. El Espíritu en el hombre representa al Dios Incognoscible. El cuerpo y el Alma del hombre representan al Dios creador y por lo tanto es eso lo que debemos distinguir: el bien (el Espíritu) y el mal (el cuerpo-alma demiúrgico) dentro del hombre.

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Hasta aquí hemos expuesto con la mayor objetividad posible las lineas preconizadas por los promotores de la Iniciación Hiperbórea, con todos sus matices luciféricos y gnósticos, y lo cierto es que la Iniciación Luciférica fue la única Iniciación correcta posible durante todos los miles de años previos a la encarnación de Cristo hace dos mil años en el mundo físico. Todas las inciaciones que en nuestro planeta han tenido lugar durante milenios se han producido  gracias a la intervención y las energías de Lucifer, tal y como explica en reiteradas ocasiones Rudolf Steiner. Y en realidad Lucifer planteó un problema a la evolución humana por lo excesivo de su moralidad, puritanismo y espiritualidad, que hubieran desligado prematuramente a la humanidad del mundo material, y fue por esa razón que Jehová tuvo que vincular al ser humano a la tierra a través de los instintos y las pasiones, tal y como explica Steiner al hablar de la exacta naturaleza de la Octava Esfera

A nuestro entender tanto la Iniciación Luciférica, como lo fue la budista, con su moralidad estrictamente rígida y su patente rechazo por el mundo material, como la Iniciación Ahrimánica (la de los Mahatmas Hindúes de Blavatsky y la de los Brujos mexicanos de Castaneda) son lineas de Iniciación ya antiguas y desviadas, pero ninguna de ellas puede ser designada con rigor como pertenecientes a la Iniciación Invertida o de Magia Negra, que pertenece a un orden de realidad absolutamente diferente. ¿Dónde enclavar a la Hiperbórea que reivindica la violencia destructiva netamente asúrica del nazismo?. La Iniciación Luciférica persigue un bien para la Humanidad: que retorne a su situación primigenia, en un estado de plenitud y bienaventuranza, en el mundo suprasensible. Ahriman, a su vez, es menos realista todavía que Lucifer, hasta el punto de considerar factible convertir el "infierno" del mundo físico material en un "Paraíso", en el que los hombres puedan vivir felices, y así, pretende conseguir aislar a la tierra de las destructivas y nefastas influencias Asúricas y convertirlo en un "vergel" para el disfrute del ser humano. 

Bajo el punto de vista iniciático cristiano, en un prisma básicamente realista,  se comprende que el "paraíso en la tierra" es una utopía irrealizable. Allí donde estén los Asuras no habrá nunca paraíso posible, y los Asuras son inseparables del mundo material, pues tales seres son las únicas entidades capaces de generar materia física, y mientras la humanidad precise del mundo físico para adquirir una consciencia individualizada y autónoma, habrá de seguir pagando su deuda a tales entidades, los Espíritus de la Oscuridad. 

Si tal y como explicó Cristo "Su Reino no era de este Mundo", el Paraíso al que debemos de aspirar los seguidores del Impulso de Cristo, no se ubicará en el mundo material, y la tarea de los Iniciados Cristianos sería la de, ampliando su esfera de responsabilidad y asumiendo la consciencia crística, una vez vencido aunque sea en términos relativos su ego Asúrico, redimir y rescatar primero, junto con todos los discipulos y hombres de buena voluntad, a los espíritus elementales y entidades grupales involucrados en el sostenimiento de los diversos Reinos de la Naturaleza. Además de reintegrarse a la armonía cósmica, la bienaventuranza inicial, y el Nirvana preconizado por Lucifer, situando a la humanidad como conjunto en la misma posición en la que se hallaba  antes de acercarse al mundo físico con respecto a las jerarquías Espirituales y los seres que habitan el cosmos, la Iniciación cristiana requiere haber obtenido previamente un máximo de individualidad, aspecto absolutamente inexistente en las iniciaciones orientales, donde en vez de anularla como se hacía en las previas la individualidad se refuerza, única forma de identificación con el Cristo y con el Hecho del Gólgota, y de lograr el estado anímico descrito por Pablo: "no yo, sino Cristo en mí". Y en tal sentido hay que decir que quien trabaja a partir del móvil correcto, no busca un progreso espiritual para sí mismo y su exclusivo propio interés, sino para el beneficio de la humanidad en su conjunto. El mismo Cristo lo señaló de manera muy clara: "Quien se busque a sí mismo, se perderá; pero quien se pierda por Mí, se encontrará". No existe nada más sagrado que involucrarse con interés en el destino de los otros seres humanos, y cualquier otrocamino, desprovisto de ese elemento de Cáritas altruista, conducirá al error y al desconcierto, a la confusión y al dolor. Cristo ha "ascendido" de nivel, aunque parezca paradójico, al abandonar hace dos mil años su ámbito macrocósmico, para introducirse en el alma humana, donde ha de tomar el lugar de Lucifer, que, una vez liberado por el aspirante, se reintegrará a su anterior dimensión Microcósmica. Este reemplazo y sustitución de lugares de Lucifer por el Cristo interno, es la clave del Pentecostés, que debe de hacerse vivo en cada Iniciado cristiano.

 

 

fuente: http://www.monografias.com/trabajos912/la-tentacion-luciferica/la-tentacion-luciferica3.shtml